El ITABEC ha hecho una declaración que, lejos de satisfacernos nos debe preocupar: habla de un adeudo de aproximadamente 80 millones de pesos por concepto de becas otorgadas, aunque es optimista al comentar que el año asado -2013- se recuperaron más de 23 millones.
El ITABEC es la instancia oficial que tiene el gobierno de Tamaulipas para ofrecer apoyos a muchos de nuestros muchachos, el futuro de la entidad, y que tienen necesidades que cubrir antes que las escolares, que buscan una mejor opción a las que se generan en la ciudad, o de plano, que necesitan dinero para estudiar, así de sencillo.
No le demos vueltas: las becas del ITABEC permiten a cientos de jóvenes proseguir con sus estudios y concluir su formación profesional, aunque dicho sea con todo respeto, algo falla en la cadena de producción de talentos.
Y decimos lo anterior porque es cierto: muchos jóvenes deben el importe de sus becas, aunque no se ha definido por qué lo deben.
Algunos entran en mora porque de plano o les interesa pagar, porque no quieren hacerlo, y tenemos que reconocer que otros piensan que al ser una instancia del gobierno, nunca les va a cobrar. Eso lo sabemos de fuentes directas.
Sin embargo, hay muchos pero muchos tamaulipecos que aspiraron a obtener un crédito o una beca y lo lograron: estudiantes de excelencia, talentos tamaulipecos que están hoy en día dentro de la larga fila del desempleo.
La entidad, como suele suceder con muchas instancias, genera recursos que luego no puede ocupar.
No hay trabajo, así de sencillo, para nuestros jóvenes.
Desalienta a muchos de ellos ver el grado de facilidad que se otorga a ciertos personajes y sus familiares, dejando a un lado a los muchachos que tienen verdadero espíritu progresista y talento, de ese que hace falta a la ciudad y a todos nosotros.
Tamaulipas tiene valores en todos sentidos, pero están en el desempleo.
Aquí aplica aquel dicho que dice “debo, no niego… pago: no tengo”, y los muchachos, fueron a estudiar fuera, se prepararon lejos de sus familias dejando comodidades y muchas cosas, terminaron, concluyeron con éxito y se reincorporaron a su ciudad para… ¿encontrar desempleo?
Es una realidad y no la queramos ocultar: los muchachos que enviamos al vecino estado, a la costa o a otros sitios a prepararse se han quedado para vender productos, para generar recursos mediante oficios mal pagados. Algunos tienen paga de mil o mil quinientos pesos mensuales, y son egresados de calidad.
¿Qué estamos haciendo con nuestros talentos académicos?
La verdad sea dicha: hace falta un programa que pueda recuperar a estos muchachos, incorporarlos al sector productivo para que paguen sus créditos o becas, para que se pongan al corriente, y entiendan ellos que tenemos un gobierno que se preocupa por la juventud, pero aquella que se prepara día a día en aulas de distintos lugares, pare enfrentar los retos de un futuro que, hoy, se presenta oscuro y triste, frío y nada promisorio, porque simplemente no tienen empleo, porque los puestos de trabajo están congelados o están ocupados por quienes tuvieron la fortuna de conocer a alguien muy cercano a quienes toman las decisiones.
Queremos ver a estos jóvenes incorporados a la productividad tamaulipeca, que sean factor de cambio, que participen en las decisiones de una entidad que empuja fuerte y tiene mucho que ofrecer en el contexto nacional, pero también en el internacional.
Somos de la idea, y lo pedimos formalmente, de que se les den oportunidades laborales, pero que se les pague dignamente, que bien lo merecen, porque son nuestro futuro, así de claro.
Esperemos el empleo para ellos, de todo corazón.
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80 millones… de sueños
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