A finales del pasado año 2013, justo cuando el video de “phonebloks” apareció en YouTube y escasos meses antes de que Motorola fuese vendida a Lenovo, la compañía estadounidense mostró al mundo Project Ara, un proyecto que pretende ser the next big thing en el mundo de la telefonía móvil, el cual parece que cada vez se está estancando más.
Muy resumidamente, Project Ara es un proyecto desarrollado por Google (antes de la venta de Motorola a Lenovo, era desarrollado por Motorola, pero tras dicha venta, Project Ara y su equipo de desarrollo quedó en Google) que pretende hacer los teléfonos modulares una realidad. Es decir, poder cambiar los componentes de nuestro dispositivo móvil de una forma relativamente sencilla, tal y como hacemos actualmente en los ordenadores de sobremesa y en algunos portátiles. ¿Queremos una cámara mejor? No necesitamos comprar un móvil nuevo, bastará con comprar una cámara mejor y reemplazar la pieza en nuestro dispositivo.
A simple vista, este proyecto es un gran paso hacia delante, pues podremos adaptar nuestros dispositivos a nuestras necesidades, así como invertir la cantidad de dinero justa y necesaria. Sin embargo, eso es solo a simple vista, pues Project Ara, a pesar de que parece una idea genial, está condenado al fracaso.
La tecnología actual tiende hacia lo compacto, lo integrado; diseños cada vez más delgados y esbeltos, componentes más pequeños y completos (integrar más componentes en un mismo chip, por ejemplo). Y para ello, eliminar la posibilidad de sustituir piezas es algo esencial. El ejemplo más claro de esto es el MacBook Pro Retina, un portátil capaz de ofrecer mucho más que sus predecesores, con un diseño mucho más ligero y delgado, pero eso conllevó la no posibilidad de sustituir muchas de sus piezas (al menos no de una forma sencilla).
Asimismo, el usuario estándar no tiene los conocimientos suficientes como para cambiar piezas en su dispositivo, ni quiere tener que estar pendiente de cambiar “x” pieza para hacer “x” tarea. Quiere que funcione desde un primer momento sin preocupaciones. Y es que la tecnología debe de ser una vía que nos facilite las tareas de nuestro día a día, eliminando todas las barreras que existen para lograr nuestros objetivos. No tiene que interponerse en ese camino. Debe ser lo más invisible posible.
Project Ara, va precisamente en contra de esas tendencias de la tecnología actual. Lo complica todo un poco más e interpone barreras entre nosotros y los objetivos que queremos lograr haciendo uso de la tecnología. Barreras como “se necesita esta pieza para ejecutar esta aplicación” o la mayor fragmentación que provocaría en el ecosistema Android debido a la mayor diversidad de componentes (y la fragmentación en Android ya es considerablemente grave). En lugar de ser lo más invisible posible y de facilitarnos las tareas cotidianas, se interpondría entre nosotros y esos objetivos.
Obviamente, al igual que en la actualidad existe un pequeño nicho de personas que sí tienen conocimientos suficientes como para intercambiar piezas en sus ordenadores y, por sus necesidades personales, les resulta más práctico (véase por ejemplo los que trabajan de forma intensiva en la edición de vídeo), Project Ara también encajaría a la perfección en la vida de un pequeño grupo de personas, pero hablamos de una minoría, la cual muy difícilmente podría sostener una industria de móviles modulares. Y es que, aunque la idea en sí es genial (sobre todo para los que tenemos unos mayores conocimientos en el mundo de la tecnología), el ir en contra de todas las tendencias actuales y del futuro acabará matando este proyecto.
Fuente:
alt1040.com