El Santo Niño; una iglesia con mucha tradición e historia

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Nuevo Laredo, Tamps.-Una historia poco conocida de la iglesia del Santo Niño de esta ciudad, es la del Cristo de la Asunción, una imagen de tamaño natural que fue rescatada de entre el fuego, luego de un incendio en lo que era la Casa Marti, a unas cuadras del templo; todo se quemó pero el cristo tallado en fina madera, permaneció intacto.

Según cuenta el sacerdote de esta antigua iglesia, José Martínez Ramírez, cuando el templo fue construido por los repobladores de la Villa de Nuevo Laredo, después de la pérdida de Texas, en 1848, este cristo ya existía, pues data del siglo XVIII, aunque sus orígenes son desconocidos.

“Esta es una escultura del siglo 18, y luego de haberse quemado la tienda, el cristo permaneció intacto, solo un poco ahumado, por lo que la señora Marti lo donó a la iglesia”, explica emocionado el sacerdote.

El cristo ahora se encuentra en una pequeña capillita en el interior de la iglesia, pero algo inexplicable porque nadie sabe la historia, es que le falta el brazo derecho y los dos pies, razón por la que es frecuentemente visitado por los inmigrantes mexicanos y centroamericanos mutilados por su incierta aventura de querer cruzar a Estados Unidos, y se identifican con él.

“Históricamente no sabemos cuál sea la razón de su mutilamiento. Si el artista así lo hizo, o es obra del tiempo, pero tiene una idea muy interesante para los católicos: Cristo necesita de nuestros pies para llevar el Evangelio, y de nuestras manos para hacer obras de caridad”, refiere el religioso.

El único brazo de la escultura, el izquierdo, es diferente a la tradicional postura en la Cruz, ya que en vez de tenerlo clavado al madero, está en posición de haber levantado algo, lo que es extraño incluso para el sacerdote.

El Cristo de la Tinajita

Una historia convertida ya en leyenda es la del Cristo de la Tinajita, que fue hallado en una ladera de la ciudad hace muchos años, por lo que José Martínez, quien localizó a cristo, le avisó a la propietaria del terreno, por lo que se generó una disputa por la propiedad de esta escultura.

Debido a ello, se optó por venderla a la iglesia del Santo Niño, por la que el sacerdote José Madrigal la compró en 250 pesos, hace más de 60 años.

Para protegerlo de los devotos y ex votos de este cristo, se tuvo que colocar en una capillita y evitar que sus creyentes se llevaran poco a poco, pedazos de madera como un recuerdo.
“Es un valor muy importante para la ciudad, aunque se encuentra un poco maltratado por el paso del tiempo”, explica.

Ofelia García Vázquez, maestra jubilada, visita constantemente a este cristo, y recuerda que desde niña su madre la llevaba a la capillita, “y hasta la fecha sigo viniendo”, dice la profesora de 68 años de edad.

Obras de arte

En la misma capilla hay obras de arte religioso invaluables; unas son tan antiguas que se requiere de un trato especial que el sacerdote Martínez no les puede dar, ya que se necesita mucho dinero para ello.

“A este lugar he querido darle un toque especial, ya que tenemos punturas muy antiguas, y son trabajos muy hermosos hechos a mano”, menciona el sacerdote a la vez que muestra unas de 1933 y 1934, una más de 1980, además de ornamentos muy antiguos.

Se trata de unas túnicas muy elaboradas de nombre ‘casullas’, algunas en brocado de oro y plata que pesan mucho debido al metal, pero por su antigüedad su valor aumenta, ya que datan desde los años 1800 a 1950.

Otras menos elaboradas y con un estilo denominado ‘de guitarrita’ por la forma que asemeja a ese instrumento, y en estas desaparecer el brocado a mano para dar lugar a otra técnica en relieve, para ser sustituido en la actualidad por el estilo ‘Bizantino’, que es el que usan actualmente los sacerdotes en sus homilías.

Trato aparte merecen los vitrales de las ventanas de la iglesia, los que permanecen arrumbados dentro del templo, hasta que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), autorice su instalación, ya que se encuentran inventariados por el organismo federal.

“Se habían colocado pero el INAH pidió que se quitaran porque no habpia autorizado su colocación, y en eso se arruinaron porque tienen dibujos y el plomo de maltrató”, menciona el sacerdote.

Las puertas originales de la entrada de la iglesia, fueron retiradas hace unos años por el deterioro que tenían debido al descuido y a la falta de mantenimiento, y al igual que los vitrales, se encuentran bajo resguardo en la iglesia, ya que también están inventariadas por el INAH.

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