¿Y la ley de salud?

Publica en Facebook el diputado federal Enrique Cárdenas Del Avellano que en dos años de trabajo han llevado a cabo algunas adecuaciones a la ley General de Salud, siendo el texto el siguiente que nos permitimos publicar tal y como lo hace el legislador:
“Algunos de los beneficios con las diversas reformas a la Ley General de Salud en los dos años de sesiones en la LXII Legislatura

-Obligar el uso de los autoasientos infantiles en niños recién nacidos a cinco años en todo México.

-El IMSS capacita a parteras tradicionales y técnicos de la salud en el medio rural para que accedan a plazas oficiales.

– Encarcelar de 1 a 9 años a quien adultere, falsifique, contamine alimentos y bebidas no alcohólicas.

– Incluir en los “productos milagro” la leyenda “Este producto no sirve para diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad o padecimiento”.

– Obligar a los institutos de salud públicos y privados a que eviten la contaminación de sangre, componentes sanguíneos y células madre.

– Informar mediante etiqueta al consumidor sobre las propiedades nutrimentales de un alimento o bebida no alcohólica pre-envasada”. Hasta aquí el post del diputado Cárdenas.
Qué bueno que procuren los asientos de los niños en vehículos, aunque nos gustaría que se aplique la medida para quien lleva su celular en mano y los niños en brazos, que por lo general son esas personas que se sienten más influyentes que nadie y que en victoria abundan.
El obligar a los institutos de salud a que eviten la contaminación de la sangre no es una medida nueva: desde que se trabaja con este fluido orgánico se obliga a quien la maneja a que lo haga. La verdad, no hemos visto algo nuevo en las propuestas que por dos años hiciera la comisión de Salud de la legislatura federal. Sentimos que nos quisieron dar algo de lo que ya había.
Sin embargo, hemos insistido sin tener eco ni respuesta de los legisladores en el hecho de que se puedan adecuar las normas para el tratamiento y control de enfermedades que realmente están matando a la población: obesidad, diabetes, hipertensión… esos si son problemas de salud.
Alguien dice que deben obligar a la gente a no ir en motocicleta con toda la familia, pero insistimos: los verdaderos problemas de salud no se han tocado.
No es posible saber que en las clínicas y hospitales nos falte medicamento de calidad y tengamos que tomar genéricos o similares que poco aportan a la salud. No es posible que la ley permita que haya tanto dispendio propiciado por autoridades y pacientes, que somos los más responsables.
Números: un paciente con diabetes que pretende llevar su control cuesta más de 20 mil pesos al año, suma que aporta el Sector Salud cuando somos derechohabientes de una institución. Llegamos, nos atienden, nos dan la medicina y nos vamos a seguir igual.
Hemos dicho en distintos foros que si se obligara a la gente a seguir el tratamiento sería menos dinero tirado a la calle. Se nos ocurre que se haga un examen de hemoglobina glucosilada a cada diabético, y si no tiene éste porcentajes menores de 7 o 7.5 por ciento cuando mucho, no se le otorgue el medicamento más, porque quiere decir que no se cuida ni se cuidará, que se está tirando el dinero.
Somos muy buenos para criticar a las autoridades sanitarias, pero cuando fallamos en el apego al tratamiento no decimos nada; cuando la falla es del paciente y su familia nos quedamos callados.
Hay que ser congruentes: exigir a la autoridad, pero cumplir con lo que debemos hacer por conservar la salud.
De otra forma, lo que se haga o deje de hacer resultará inútil. Y el diputado podría insistir en instrumentar medidas que realmente nos ayuden. ¿no cree usted?
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