Tarde de perros

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RELATO 1.-Similar a las protestas que en ocasiones protagonizan los periodistas, las cámaras, los micrófonos, los chalecos y los bolsos de mano cayeron al suelo y los federales las fueron apilando como se hace con la leña cuando se le quiere dar vida a una enorme fogata.
Entonces, apareció en escena un perro negro de pelaje sedoso y de grades ojos, que olfateó todos los instrumentos que los comunicadores utilizan para desarrollar su labor.
El animal lleva por nombre “Oxford”, un labrador de 5 años de edad que fue traído a Ciudad Victoria desde los Estados Unidos dónde fue entrenado desde cachorro para detectar explosivos, un animal que a pesar de su aspecto robusto, musculoso, no es capaz de morderle la mano al amo.
La historia de “Oxford”, al igual que la de otros perros que se dedican a la misma actividad en las giras presidenciales, no es muy distinta, ya que son animales que se alimentan bien, realizan actividades físicas al aire libre y en espacios interiores y son educados para que desarrollen un olfato extraordinario que les permite detectar el objeto más insignificante que huela a explosivo.
Esos animales consumen en pocos días cada uno hasta 10 kilogramos de croquetas especiales que tienen un costo de mil 500 pesos la bolsa y tienen un periodo útil de ocho años, luego de lo cual son retirados del servicio para pasar a convertirse en mascotas en los campos de entrenamiento de los Estados Unidos.
Y es en ese país donde desde que dan sus primeros pasos los hace suyos una central de inteligencia muy conocida, que les dedica días anteros, muchos meses y hasta años para que estén aptos para garantizar la seguridad de autoridades importantes, más aun en estos tiempos difíciles que se viven, por ejemplo, en Tamaulipas.
Pero en la vida de “Oxford”, al igual que en la de sus compañeros “agentes”, no todo es afortunado, porque de pequeños los castran, lo que constituye una de las principales reglas para que no se distraigan durante su importante y delicada actividad.
Son animales especiales que llaman la atención a su paso y que se ponen rígidos y en señal de alerta cuando detectan un explosivo.
A diferencia de los animales que son utilizados para detectar droga y que como señal escarban y patalean, “Oxford” solo se detiene en el objetivo, mira a su amo con las orejas erectas y adopta una posición de alerta.
Pocos se detienen a escribir historias como ésta que se antojan un tanto banales, pero me pareció interesante que se valore a estos canes que sin cobrar en la nomina son imprescindibles para que un aparatoso operativo de seguridad funcione para proteger la vida de una autoridad, como lo fue este lunes la del Secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, durante su apretada agenda de trabajo que realizó en Ciudad Victoria.
Y es que para que se realice esta tarea nada es exagerado, porque hasta una botellita con agua puede ser peligrosa, porque nadie puede asegurar que ese líquido incoloro he insaboro, pueda ser solo, agua.
Por eso y, por muchas otras cosas más, la visita del funcionario federal y de otros de alto nivel, salió a pedir de boca en el Polyforum “Rodolfo Torre Cantú”, de la capital tamaulipeca, donde “Oxford” se mantuvo alerta, a veces de pie y a veces acostado, durante casi diez horas.
No creo que sea esta la última ocasión que “Oxford” visite Ciudad Victoria, donde Osorio Chong no se cansa de brindarle su incondicional respaldo al gobernador de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, en esta lucha que se libra contra la inseguridad para intentar recomponer el camino.
Y es a “Oxford” y a sus jefes inmediatos a los que se les debe agradecer que durante eventos de este corte se garantice la seguridad de ellos –de las autoridades- y de nosotros, porque el horno en estos momentos no está para bollos.
Adiós “Oxford” y pronto esperamos tu regreso.
Porque este lunes le diste vida a una.
Verdadera tarde de perros.
RELATO 2.-Bien atendido fue el llamado que hizo el alcalde de Ciudad Victoria, Alejandro Etienne Llano, por parte de los periodistas para festejarlos con motivo de la celebración del Día de la Libertad de Expresión.
Bueno el lugar seleccionado, rico el almuerzo y excelente el ambiente que se creó en torno a este acercamiento entre la prensa local y el munícipe, quien demostró que también sabe reír a carcajadas por las ocurrencias buenas y malas de algunos comunicadores.
Alejandro reforzó su compromiso de respetar la libertad de expresión y de valorar el trabajo de los periodistas, quienes juegan un papel determinante en estos tiempos difíciles, que no se deben confundir con una guerra.
Es de justos, decir, que el edil le dio la estatura que merece la prensa.
Porque sus atenciones fueron, más que generosas.

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