Los cambios que vienen

Y no son cambios en la selección nacional, que nos dejó un buen sabor de boca a la mayoría de aficionados al fútbol con el empate ante Brasil, sino los cambios que se deben presentar en los institutos políticos.
El Partido Revolucionario Institucional entiende que no pueden pensar en navegar sin agitar las velas, y en ese sentido, abren espacios a nuevos cuadros en los distintos espacios con que cuentan: el caso presente es de la Fundación Colosio en Matamoros, donde el dirigente nacional Adrián Gallardo Landeros estuvo para dar posesión a Rubén Hiram González como nuevo dirigente local.
Gallardo ha estado siempre cerca de la opinión pública en procesos electorales: se le ha visto como virtual candidato a la gubernatura, más por sus relaciones en la capital del país que por su trabajo partidista. Hoy, asegura que vienen cambios importantes para aquella fronteriza ciudad y para la entidad, donde se espera que el PRI recupere los espacios perdidos en los últimos comicios, tanto federales como locales.
En el acto, el presidente del Comité Directivo Estatal, Rafael González Benavides hizo énfasis en que el presente es el año de vitalizar al tricolor, de mejorar los modos de hacer política, y en ese sentido, somos de la idea de que la política, como otras áreas donde el ser humano interviene, tiene que redescubrirse a diario, ser innovadora, novedosa, fresca, ágil y actual, para que los virtuales electores no dejen de pensar que uno –el partido que sea- es la mejor opción.
En los discursos del acto no faltaron las palabras de elogio para el gobernador de Tamaulipas Egidio Torr Cantú y para el presidente de la Nación Enrique Peña Nieto, como debía de ser. González Benavides ha pedido a sus colaboradores y miembros de cada parte de la estructura del tricolor que pongan todo su empeño en ser mejores, en tratar de innovar y convencer a la gente con hechos y acciones que repercutan en desarrollo, gestión o algo que directamente impacte en un bien para la sociedad.
Es lo que se necesita hoy en día, cuando muchos mexicanos quisiéramos que muchas cosas cambiaran y que México vuelva a ser lo que antes era. En ese sentido, el presidente González es enfático y no quita el dedo del renglón: hay que mejorar e innovar para ganar en forma abrumadora, convencer con acciones y actitudes, mas no con palabrería.
Y el presidente de la Fundación Colosio Adrián Gallardo Landeros también recalcó la necesidad que se tiene de participar en forma mucho más activa, tratando de convencer a los militantes para lograr los triunfos que les fueron arrebatados en anteriores comicios: buscan, como cualquier instituto político, arrasar, lograr el carro completo, ganar de todas, todas. Quien no aspira a ello no merece ser dirigente ni líder de nada; la política es una actividad donde la actitud resulta prioritaria, fundamental, y por ello, se debe seguir trabajando de cara a la sociedad.
Hzo énfasis el dirigente estatal al igual que Gallardo, en la necesidad de cambiar, de unirse todos los sectores que conforman al tricolor, para, en un solo esfuerzo, tomar la fuerza necesaria que les lleve a esas victorias que posteriormente les permitan dirigir, desde las alcaldías, las diputaciones locales y federales y, en su caso, desde la gubernatura del estado.
La parte medular del mensaje de ambos dirigentes gira en torno a la necesidad de ganar innovando, e insistimos en ello porque a través de estrategias novedosas es como se puede captar la atención del electorado y convencerle para que el voto sea a favor de la causa que uno abandera.
Sin embargo, González Benavides no puede cerrar los ojos y dejar de ver una realidad en la que hay que ajustar piezas y dar su lugar a cada miembro del partido, desde la dirigencia más encumbrada hasta el militante más modesto: todos tienen un lugar especial en la estructura, y es tiempo de dejar a un lado las tarjetas y telefonemas, para hacer caso al clamor popular: qué quiere y qué se le puede ofrecer para garantizar una innegable victoria.
De otra forma, no será posible entregar buenas cuentas, suponemos.
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