Ya no quieren “jineteo”

Mucha gente sabe que el gobierno en todos sus niveles es “buena paga” con sus pequeñas cosas: se sabe que nunca deja cuentas pendientes, aunque a veces –o casi siempre- tienen problemas para hacer los pagos oportunos.

Pareciera que quienes tienen bajo su responsabilidad el hecho de autorizar gastos no tienen hambre nunca, o que en su casa no les cobran el recibo de la luz o el teléfono: con el desparpajo característico de éstos, solo dicen: “aguanta un poco”, y en otras ocasiones “no hay presupuesto autorizado aún”. Esas son dos de las muchas frases que se escuchan a diario en las oficinas gubernamentales.

La Cámara de Comercio de Victoria ya ha externado su queja porque los proveedores de la administración estatal y municipal tienen problema debido a la falta de ventas que se ha generalizado en la entidad; nos hemos dado cuenta, y hoy lo confirmó un empresario, que algunas plazas están dejando de ser lo que eran, quizá porque ya pasaron de moda o porque la gente se cansó de trabajar para dar tajadas.

Duele reconocer que somos una ciudad de “novedosos”: cuando abren algún espacio nuevo, nos volcamos, pero el gusto dura mientras alguien no haga otro espacio similar, porque en ese entonces, suponemos que es más “chic” ir al nuevo lugar. Es cuando abandonamos a los comerciantes y ellos entran en crisis, propiciada no solo por ello, sino por la falta de pagos oportunos.

Dicen los que venden mucho que el gobierno tarda en pagar: “tarda, pero es seguro” rezan algunos, aunque otros saben que pasan meses enteros sin que puedan ver alguna razón positiva a su inversión comercial inicial.

Suele suceder que hay que realizar un sinnúmero de trámites para ser proveedor, y posteriormente, entregar cotizaciones y más papelería, mucha, probablemente tan obsoleta como los tiempos para pagar, pero finalmente, si no se entrega, no hay trámite y por ende, ni compra alguna.

Es decir, nos tienen agarrados de… la garganta.

Los que administran los gobiernos no tienen una idea concreta de lo que son los compromisos y no saben pagar puntualmente en la mayoría de los casos. Somos de la idea de que éstos –los pagos- debieran ser totalmente oportunos y puntuales, porque la gente no tiene la culpa que surjan giras y otras cosas donde se gasta en banalidades en lugar de cubrir los compromisos.

Los jefes administrativos deciden a quien pagar a tiempo y quien debe esperarse, es decir, con toda la arbitraria forma de conducirse se manejan.

No es justo, simplemente no es justo detener el pago de proveedores de bienes y servicios: nadie tiene derecho a determinar si necesitamos nuestro dinero o no, si lo queremos para calentarlo bajo el colchón o para reinvertirlo. Es una decisión de cada uno, y los gobiernos deberían ufanarse de ser cumplidos y responsables.

Lo que sucede se ve en los tres niveles: nadie está exento de estos procedimientos administrativos que nos llenan de papeles, de copias y requisitos inútiles, pero que si no los cumplimos, simplemente no nos pagan, así de claro.

Y quien tiene inversiones fuertes tiene gastos fuertes, otra cosa más que clara y que se debe entender bien: no porque sea una firma grande se tiene el derecho de no pagarle a tiempo, o porque sea de los patrocinadores oficiales se pueda gestionar un cheque con otra fecha de cobro.

No se valen esas cosas, pues, o al menos, esa es la idea que tenemos.

Y en ese sentido, quienes ocupan parte de ese sector productivo –comerciantes e industriales- han levantado la voz para exigir seriedad en los compromisos. En la ley que siguen ellos, si no concluyen la obra a tiempo se les sanciona inclusive con multas económicas. La pregunta sería ¿Se castiga con multa en bien de los prestadores de servicios cuando gobierno no cumple con sus pagos?

Es claro, CFE, Comapa y todas las instancias, si no pagas, suspenden el servicio. ¿Por qué la autoridad no está sujeta a ese criterio?

Seguros estamos que muchos no jinetearían más el dinero público. Bueno, creemos…

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