Reynosa, Tamps.-Gravitando todo en torno al recuerdo de Rodolfo Torre Cantú al cumplirse cuatro años de su muerte, poco espacio en los medios de comunicación y referencia de los analistas ha tenido la muerte compartida que tuvo con el diputado local Enrique Blackmore Smer, así como de los escoltas de seguridad: Luis Gerardo Soltero Zubiate, Rubén López Zúñiga y David López Catoche.
Enrique asumió la coordinación de la campaña de Torre Cantú y bajo su directriz se movía el candidato a la gubernatura ávido de ganar la elección constitucional en forma transparente e inobjetable.
Blackmore Smer, fue quizás el colaborador más cercano que tuvo Rodolfo Torre Cantú durante su campaña por la gubernatura, era diputado local y había concretado una carrera en ascenso dentro de la política, surgido del ámbito empresarial, pronto logró escalar posiciones.
Blackmore Smer, dejó en la orfandad a dos niños pequeños y su viuda Jessica, así como un gran dolor en Don Enrique y Elizabeth sus padres que lo amaban.
Enrique fue un hombre destacado dentro del Partido Revolucionario Institucional, fue secretario general del comité directivo estatal del PRI, fue presidente del comité municipal en Ciudad Victoria, también fungió como primer secretario técnico del Consejo Estatal de Seguridad Pública y fue fundador de la Asociación Civil “México Nuevo”.
Blackmore acompañaba a Rodolfo Torre Cantú en aquella fatídica mañana del 28 de junio del 2010, ambos se trasladaban rumbo al aeropuerto local de Ciudad Victoria, cuando fueron emboscados.
Tenía 40 años de edad al perder la vida, pero se caracterizó siempre por su jovialidad y trato respetuoso, así como una deferencia amistosa que tenía para todos los que lo trataban, nunca negaba un favor y le preocupaba sobremanera hacer bien su trabajo y cumplir las responsabilidades que se le asignaban.
El Congreso del Estado le quedó a deber a uno de los suyos, a su trágico muerte para el diputado local Enrique Blackmore Smer no hubo recuerdo alguno, ni referencia, solamente el recuerdo doloroso aquel de su deceso y cuando fue llevado en hombros por sus compañeros al recinto legislativo, hace cuatro años para despedirse, el mismo palacio legislativo que como diputado recorría a paso apurado y ágil entre sus compañeros y reporteros.