Las posibilidades de usar la impresión 3D para la creación de armas es real, y con el tiempo los diseños van evolucionando hacia lo más práctico y peligroso. ¿Será posible que cualquiera pueda “imprimir un arma” en su hogar?
En muchísimas ocasiones hemos hablado de la impresión 3D como algo maravilloso, práctico, de mucha utilidad y muchísimas posibilidades. La impresión 3D comienza a ser parte del mundo de la tecnología en forma masiva; no solo cualquiera puede tener una impresora 3D (comprada en una tienda o incluso hecha en casa), sino que también está siendo parte del desarrollo de nuevas aplicaciones para la medicina (educación a futuros profesionales y hasta prótesis), tecnologías de uso espacial y pare de contar.
Pero al tener la posibilidad de imprimir casi cualquier producto o diseño, no solo está siendo usado para propósitos más casuales como hacer fundas para móviles personalizadas o incluso instrumentos musicales, sino también para crear armas.
En teoría, cualquiera que posea una impresora 3D puede “imprimir un arma”. Esa es una idea difícil de asimilar que poco a poco supone un verdadero riesgo para la seguridad. Un arma hecha de plástico y que se arme en cualquier momento, es un peligro para cualquier aeropuerto o vuelo, dado que no activa las alarmas de los detectores de metales, por lo que nuevas medidas de seguridad deben tomarse.
Fuente:
alt1040.com