Reynosa, Tamaulipas.-La senadora de la república Maki Ortiz Domínguez efectuó una serie de críticas en torno a la crisis que se vive hacia el interior del Partido Acción Nacional (PAN) en un análisis que compartió a través de su cuenta de redes sociales, la senadora panista es severa en su juicio y ubica algunos de los orígenes que dieron pauta a que su partido entrara en una debacle de confrontaciones y pleitos, provocando un quiebre que la militancia como espectadora sigue pasmada a partir de las recientes derrotas electorales.
Severa en su percepción, pero condescendiente a la vez en reconocer que solo el temple de los auténticos panistas permitirá sacar a flote al PAN, Maki Ortiz describe su propia lucha personal, tras un quebranto en su salud y que ofrece como testimonio de cuando la voluntad es capaz de superar todos los desafíos por muy complicados y extremos que parezcan.
Este es el análisis de Maki Ortiz:
LOS TIEMPOS QUE VIENEN. Los panistas festejamos 75 años del PAN con la sensación de que antes nuestro partido era más congruente, y quizás sea porque cuando algo estruja tu vida de manera extrema, te tambaleas, dudas, pierdes brújula muchas veces moralmente, físicamente y hasta espiritualmente. Yo lo he vivido en mi enfermedad, de estar en una zona de confort, tener que volver a aprender a caminar, a hablar, a vestirte etc.
Te llena de frustración, se antoja rendirte, y amargarte a ti y a los demás. En el PAN teníamos la presidencia por la que habíamos luchado unos más otros menos, pero nos habíamos cohesionado con el objetivo de lograr un gobierno humanista. Lo logramos unidos a pesar de grupos y diferencias, porque el fin era el bien común.
Como Gobierno tuvimos aciertos y errores sobre todo el no saber comunicarnos con la ciudadanía, con los medios, con la sociedad civil organizada entre otros. Sin embargo gobernar no es fácil y lo veo con el nuevo gobierno, crecimiento bajo, seguridad pendiente, empleo deficiente, publicidad excelente, realidad sin cambios.
Sin embargo y a pesar de los difíciles momentos que realmente hemos vivido en el PAN y aunado a muchos encabezados de que nos estamos desintegrando y que debemos aceptar hemos dado pié…la verdad es que somos un partido de hombres y mujeres que nos importa lo que pasa afuera de la puerta de nuestra casa.
Hemos sido capaces muchas veces de organizarnos para hacer grandes cambios en nuestro país, como el lograr la alternancia y un país con más democracia, o votar a favor de grandes reformas por el bien de México. Imagino lo difícil que la tuvieron Gómez Morín, Castillo Peraza, González Luna, Maquío, Don Luis y otros y otras y las veces que se les antojó aventar el partido e irse a su casa.
Yo muchas veces he deseado dejar de caminar y sentarme en una silla de ruedas cuando me duelen los ataques de espasticidad. Sin embargo el DNA panista, es un DNA de lucha, así somos, también en nuestro DNA está el poder llegar a acuerdos y el buscar un fin que tenga como resultado el bien común. Basta recordarlo para volverlo a sentir. Debemos dejar a un lado nuestras diferencias, nuestra onda grupera y reorganizarnos.
Tenemos una gran oportunidad en 2015 de acercarnos a la ciudadanía y mostrarles nuestra plataforma electoral. Somos el partido de grandes programas como el Seguro Popular, que le dio la oportunidad a la mitad de la población de tener acceso a la salud. Somos el partido que acercó el acceso a la salud a las zonas más pobres por medio de Caravanas de la Salud. Somos el partido que con el programa OPORTUNIDADES llevó, salud, nutrición y educación a los más marginados, incluyendo zonas de pobreza urbana y jóvenes.
Somos el partido que construyó más de 4000 obras de infraestructura en salud, y un impresionante programa carretero. Somos el partido que mantuvo la estabilidad del peso, menor endeudamiento y más reservas para nuestro país. Somos también hoy un partido con más experiencia, que puede gobernar mejor.
Tenemos doctrina y la capacidad de enfrentar los retos del México de hoy. Esto y muchas cosas más son suficientes para volver a luchar por recuperar los espacios que perdimos. Sacudámonos la amargura de la derrota, busquemos en nuestras filas o fuera de ellas nuestros nuevos líderes. Reconozcamos a los que tenemos.
Hagamos a un lado a quién daña nuestra historia. Agrupémonos de nuevo sostenidos por nuestra doctrina, nuestra historia completa, nuestros hombres y mujeres que con su lucha nos dieron vida como partido. Vale la pena, lo sé, porque cada vez que Dios me da una oportunidad de construir el futuro viviendo el hoy, sé que tengo una gran oportunidad. La misma oportunidad que tiene el PAN hoy de seguir escribiendo con tinta azul la historia de México. No la desaprovechemos