Fucking fracking

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Tengo la ligera sospecha de que, los ciudadanos ignoramos todas las secuelas negativas provocadas en nuestro hábitat, debido a las técnicas de producción y a la introducción de métodos de innovación.
Vivimos en un mundo contradictorio. Por un lado, diversos líderes con poder de asesorar a mandatarios y presidentes y de ser escuchados en lobbies van explicando conferencia tras conferencia y libro tras libro del riesgo apocalíptico para la Humanidad de no transformar el actual modo de producción en sintonía con el medio ambiente.
Hasta el mismísimo exvicepresidente americano Al Gore (desde 2006) recorre el mundo entero disertando pingües conferencias revelando “una verdad incómoda” que le valió el Nobel de la Paz en 2007.
El activismo del que fuera candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos y fracasara frente al republicano George W. Bush, es el vivo ejemplo de pasar de ejercer el poder -contando además con información privilegiada fuera del alcance del resto de los mortales-, a ir de defensor del medio ambiente, de aquí por allá sin enrolarse, por cierto, con Greenpeace.
También hace poco más de un mes, Jeffrey Sachs, director de The Earth Institute refrendó en un tono preocupante el desenvolvimiento de un proceso de extinción que debe ralentizarse y frenarse con acciones que reduzcan el enorme daño provocado por el hombre al planeta Tierra.
Para que no fuera una perorata sentimentalista, me pregunto, ¿cómo es que no se lo dicen a los poderosos industriales de la siderurgia, del petróleo y gas, de la rama automotriz, de la minería, a la de hules y plásticos?.
¿Por qué si tal amenaza se cierne sobre de nosotros no frenan por ejemplo la carrera del fracking? Y es que, el ciudadano, podremos todos los días contribuir para reducir nuestra propia huella ecológica, pero los industriales todopoderosos no ponen de su parte.
Lo vemos con el fracking, la fracturación hidraúlica, que está colgando a Estados Unidos la medalla de autosuficiencia energética, luego de años de ir obteniendo shale gas y petróleo a fuerza de romper capas profundas del subsuelo con una técnica de ingeniería combinada a base de agua, aditivos y sustancias químicas.
Gracias a ello, la Unión Americana le está dando la vuelta histórica a su dependencia energética para convertirse en el siglo XXI en productor autosuficiente, exportador y capaz de llevar a la baja el precio del petróleo en el mercado internacional con su acumulación de reservas.
Léase bien: “El pasado enero, Estados Unidos informó que cuenta con 406.73 millones de barriles de petróleo, nivel nunca antes visto en la economía americana.”
El petróleo ha sido el arma de guerra más usada desde que se descubrió el llamado oro negro y toda sea por obtenerlo, hasta acabar con el ecosistema.
Los gurús no explican a los industriales ni al gobierno americano las funestas consecuencias para el medio ambiente derivadas de esta técnica de fractura de capas internas.
La contaminación colateral a los mantos acuíferos, el gas emanado hacia la atmósfera con sustancias nocivas combinadas, la mayoría cancerígenas; y el estado en el que quedan los terrenos.
Asimismo, un mayor número de geólogos advierten de la correlación entre el incremento de movimientos telúricos por las ondas internas y el reacomodo de las placas tectónicas por el fracking.
A COLACIÓN
Fucking fracking. Debido al éxito en Estados Unidos es una técnica que rápidamente van incorporando a escala otras economías en esa búsqueda maldita del oro negro.
En España, recientemente se anunció que BNK España, filial de BNK Petroleum explotará varios pozos al norte de la provincia de Burgos para buscar gas shale también conocido como de esquisto. Sería la primera vez, la introducción en la Península, de sondeos exploratorios de hidrocarburos no convencionales.
La empresa canadiense entregará su proyecto a las autoridades españolas competentes que valorarán si no existe un impacto ambiental colateral; en caso de obtener “luz verde”, la petrolera iniciaría operaciones el próximo año.
La intención, según cálculos de la petrolera, es coadyuvar al autoabastecimiento de shale en España, más o menos, 2 billones de metros cúbicos de gas natural no convencional que significarían -aproximadamente-, siete décadas de consumo de gas.
Muy bien, lo qué no sabremos es la moneda de cambio que nos devolverá la madre naturaleza, los resultados nocivos. Precisamente, existe una Plataforma antifracking en la comarca de Las Merindades que intenta parar el proyecto y mantiene la esperanza de que el gobierno recule una vez analice ampliamente el estudio de impacto ambiental regional.

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