El género Homo es bastante más viejo de lo que parecía

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Durante mucho tiempo los científicos han tratado de precisar cuándo y cómo surgió el género Homo (al que pertenecemos los sapiens modernos y que podría ser traducido como “humano”); hoy dos trabajos publicados al mismo tiempo por las revistas Science y Nature dan idea del tiempo y espacio en el que aparentemente habitó el Homo más antiguo conocido hasta el momento, con 2.8 millones años de antigüedad.

“A 50 años del reconocimiento de la especie Homo habilis como las más antigua representante de nuestro género, el origen de los Homo sigue siendo nebuloso. Esta incertidumbre proviene, en parte, del muy limitado registro fósil de hace 2 a 3 millones de años (ma) (…). Algunas especies de este periodo, como el Australopithecus africanus (2.8 – 2.3 ma) y las menos famosas A. garhi (~2.5 ma) y A. aethiopicus (~2.7 – 2.3 ma), parecen estar demasiado diferenciadas en sus cráneos y dientes para representar un probable ancestro de las especies de Homo que había en África hace unos 2 ma (H. habilis y H. rudolfensis)”.

Se lee en el artículo de Science firmado por Brian Villamoare como autor principal, que se reporta el hallazgo de una mandíbula de H. habilis de 2.8 millones de años de antigüedad encontrada en Afar, Etiopía .

Por otra parte, fragmentos de mandíbula y cráneo encontrados en Olduvai, Tanzania, de otro espécimen de H. habilis, muestran una mezcla con rasgos de Australopithecus, lo que sugirió a los autores principales del artículo de Nature (Fred Spoor y Phillip Gunz) que ambos géneros divergieron evolutivamente bastante antes de 2.3 millones de años, como confirma el hallazgo de Villamoare.
El primero de la familia humana

El análisis hecho por Villmoare, de la Universidad de Nevada, y colaboradores, explica que “lo especial de esta mandíbula no es sólo la fecha, mucho más vieja que cualquier Homo conocido hasta ahora, sino que tiene una serie de características únicas, desde la altura de la mandíbula a la forma de los dientes, lo que la convierte en una clara transición entre el Australopithecus y el Homo.

“Por un lado, se encuentran molares finos, premolares simétricos y una mandíbula de proporciones uniformes, que distingue a las especies tempranas del linaje Homo, sin embargo, también se aprecian rasgos primitivos y una barbilla inclinada que guarda más parecido con la vieja Lucy” (el esqueleto más completo que se tiene de una Australopithecus afarensis descubierta en 1974).

“A pesar de la intensa búsqueda, los fósiles del linaje Homo superiores a los 2 millones de años son muy raros, por lo que poder echar un vistazo a la fase más temprana de la evolución de nuestro linaje es particularmente emocionante”, dijo el investigador a la prensa internacional en teleconferencia.

El fósil encontrado en el 2013 por un equipo internacional de geocientíficos y antropólogos en el área de investigación llamada Ledi-Geraru aún sugiere muchas incógnitas, por lo que los autores aún no se atreven a proponer a qué especie pertenece exactamente y por ahora lo han denominado como individuo LD 350-1.

La geóloga Erin DiMaggio, de la Universidad de Pensilvania, explicó en teleconferencia que “el registro fósil de los homínidos de cronologías entre 2.5 y 3 millones de años es aún muy pobre”, sin embargo, este hallazgo es fiable, “hemos usado varios métodos de datación, como el análisis radiométrico de cenizas volcánicas y la medición de los isótopos de argón, todo indica que tiene entre 2.75 y 2.8 millones de años”, de esta forma, determinaron que la erupción que originó la muestra se produjo en ese periodo.
¿Una combinación de 
Homo y Australopithecus?

En la investigación paralela publicada en Nature, un equipo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig y la Universidad de Londres, presentaron una nueva reconstrucción de una mandíbula que pertenece a un individuo de Homo habilis de 1.8 millones de años hallado en Olduvai, Tanzania (llamado OH 7).

Aquí la reconstrucción presenta un retrato inesperadamente primitivo de este Homo, más similar al Australopithecus que al Homo erectus y al H. sapiens, lo que indica que la especie pudo haber aparecido antes sobre la faz de la Tierra (hasta 2.3 millones de años).

La sorpresa es que parece coincidir bien con la mandíbula del fósil LD 350-1; además, el análisis también indica que los primeros Homo eran diversos y que se distinguían más por variaciones en los rasgos faciales que por las diferencias en el tamaño del cerebro.

“Un análisis estadístico sofisticado revela diferencias en la forma de la mandíbula entre estas tempranas especies humanas, a veces las diferencias son tan grandes como las que existen entre los humanos y los chimpancés”, dice Philipp Gunz, en un comunicado del Max Planck y uno de los autores principales del estudio.

“Antes -continua Gunz-, las diferencias en el tamaño del cerebro solían considerarse importantes para caracterizar a las especies del Homo temprano, pero estos análisis muestran que las tres especies no pueden distinguirse por el tamaño del cerebro sino por su apariencia facial”.

Pero más importante, los rastros de hace 2.3 millones de años, que hasta esta semana se pensaba eran los más antiguos del Homo habilis temprano y el de Tanzania, de hace 1.8 millones de años, parecen representar al linaje que se separó bastante antes de 2.3 millones de años, “con un ancestro común que había permanecido oculto hasta esta semana”, se lee en el comunicado del Max Plank.
¿El contexto ambiental
 dio origen al género?

Por otra parte, los investigadores que encontraron la mandíbula de hace 2.8 millones de años también localizaron restos de antílopes, elefantes prehistóricos, un tipo de hipopótamo, cocodrilos y peces, todos ellos con 2.84 y 2.54 millones de años de antigüedad.

Estos fósiles sugieren que en ese tiempo el área era un lugar más abierto con pastizales y matorrales rodeados de árboles que bordeaban los ríos o humedales, así, el paisaje pareciera similar al de los lugares africanos como las llanuras del Serengueti o el Kalahari.

Respondiendo a la teoría de algunos científicos que creen que el cambio climático global que ocurrió en esa época dio lugar a la aridez en África e impulsó cambios evolutivos en muchos mamíferos, también provocaron la aparición y extinción de especies y quizás también el nacimiento del género Homo.

Kaye E. Reed, profesor del Instituto de Orígenes Humanos en la Universidad Estatal de Arizona, explicó: “Se puede ver la señal de la aridez de hace 2.8 millones de años en la fauna de Ledi-Geraru, pero aún es demasiado pronto para decir que esto significa que el cambio climático es responsable del origen de los Homo. Necesitamos una muestra más grande de fósiles de homínidos y sin duda seguiremos buscando en esta zona”.

Fuente:
eleconomista.com.mx

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