Día Internacional de la Mujer

A propósito de tan especial fecha, tuvimos oportunidad de convivir con colegas de la Red de Mujeres Periodistas, grupo profesional y social que ha impulsado desde siempre Beny Cruz Zapata, luchadora por los derechos de la mujer y la equidad de género, así como distinguidas damas que han hecho realidad un proyecto interesante como es el observatorio de género en esta ciudad.
En el evento tuvimos también la maravillosa oportunidad de estrechar la mano de distinguidos amigos, periodistas y servidores públicos, representantes populares y gente que tiene impacto en nuestra sociedad.
Destacamos el día internacional de la Mujer por reconocer en ellas el importante papel que juegan en el mundo en todos aspectos, aunque no somos de la idea de festejarles su 8 de marzo sino toda la vida.
Algunos justifican su felicitación diciendo que venimos de una mujer que nos arrulla y nos mima, nos da las primeras muestras de amor y firmeza y nos enseña mucho de lo poco que somos. No podemos desdeñar el ejemplo de quienes se constituyen en compañeros de ellas –la mayoría- y que también tienen algo que ver con la formación de cada persona.
Pero destacar a la mujer no debería ser noticia: ellas destacan por su propia naturaleza, por sus acciones y virtudes… y por sus desatinos. Es ella, la mujer, protagonista de todas las historias en las que interviene el ser humano. Sin ellas, simplemente no sería posible pensar en una historia, acontecimiento o acción.
Enamorados de una de ellas nacemos, crecemos y morimos. Siempre hay algún ser de esta naturaleza al lado nuestro, física o mentalmente, en la práctica o en el pensamiento, en la profesión o en el entretenimiento. Siempre hay una mujer en la vida de cada uno de nosotros.
Recordamos aquellas noches de desvelo en que decidimos abortar proyectos de vida y una de ellas nos dijo “¡vamos, no te dejes vencer! Y nos permitió tener el entusiasmo para llegar a la meta.
O cuando se presentaron uno y mil momentos en la existencia personal, y siempre tuvimos el aplauso, la risa, la aprobación, el consejo o el regaño de una de ellas. Las mujeres están en nuestra vida hoy y siempre, y quien afirme que son menos importantes no tiene memoria, no tiene perdón, o no tiene… otra cosa.
Son pues, las mujeres, punto de partida en nuestra existencia. Nos alegran la vida y la tornan positivamente buena, porque animan a seguir luchando o a impulsarlas para que lleguen a una meta determinada.
Son ellas, las mujeres, factor primordial en la vida de todo ser vivo.
Y recordarlas en un día nos parece mezquino, porque están 365 días –y noches- junto a nosotros, alentando u orientando, entregando lo mejor de sí mismas.
Lo que realizaron las colegas de la Red de Mujeres Periodistas es digno de copiar y reproducir, porque nos han demostrado que cuando se quieren hacer las cosas no hay barrera que impida llevarlo a cabo ni voluntad que se doble ante la adversidad.
Nuestra felicitación y reconocimiento a todas ellas, a las que viven calladas y trabajan, las que luchan y lo externan… a toda mujer que sabe de su esencia, y que merece ser tomada en cuenta no como un favor especial, sino como un acto de total justicia hacia quien nos lleva a ser lo que somos.
Miente quien dice que detrás de un gran hombre hay una gran mujer: la mujer está a su lado aunque él sea quien de la cara: ella está ahí, levantando, animando, azuzando, motivando, aplaudiendo, corrigiendo… está donde debe de estar para testificar nuestros triunfos y nuestros fracasos.
Está ahí, y por eso hay que reconocer su paciencia y su entereza. Y en un día en que se les rinde tributo, no podemos más que solidarizarnos con este tipo de sentimientos que nos hacen entender la esencia de la existencia propia.
Vaya a ellas el reconocimiento total por existir, pues.

(Visited 1 times, 1 visits today)