Y…¿Dónde están los padres?

Hemos dicho muchas veces que la educación debe ser integral en todos sentidos, más, cuando se trata para los hijos buscar el bienestar. En ese sentido, no podemos dejar a un lado el interés que debe privar en los padres de familia, para que sus hijos e hijas tengan los parámetros cubiertos en cuanto a atenció se refiere, y que no les falte lo más importante.
Y llama poderosamente la atención que hay rubros en los que pareciera que los padres estamos ajenos, y para colmo, echamos la culpa al gobierno de cualquier nivel: el municipal, el estatal o el federal, pero lo importante es repartir la culpa por haber dejado a medias una responsabilidad que se supone es nuestra.
Durante la segunda Reunión de Evaluación Integral del presente año de 2015 de la Secretaría de Salud, hemos visto algunos datos que nos parece que son alarmantes, aunque no estemos involucrados.
Imagine el lector que un 16.4 por ciento de los embarazos registrados en el Sector Salud pertenecen ¡A adolescentes! Lo anterior significa que por cada 100 damas que tendrán la dicha de la maternidad, 16.4 pertenecen a este grupo de riesgo cuya edad inicia a los 14 años. Bárbaro suena, y lo peor es que muchos casos se refieren por acciones delictivas –violación- pero muchas más son porque las niñas no han tenido la orientación necesaria y muchas han dado la trillada “prueba de amor” a sus irresponsables parejas; otras, sin embargo, caen en una rutina licenciosa –como diría la abuela- y dan rienda suelta a sus placeres, con la idea de que el ser “buena onda” es mucho mejor para que los amigos no les retiren el habla.
Imaginemos que una de estas chicas sea nuestra hija.
Cambia mucho la percepción, y definitivamente nos mueve a pensar que algo no estamos haciendo bien, por lo que urge, realmente urge hacer algo al respecto, y no dejar que el Facebook o el Whats App sigan siendo los tutores de nuestros hijos.
Hay que convocar a la charla personal con nuestros hijos, porque se necesita, realmente se necesita que sepan qué hacer con su cuerpo, como cuidarlo y no caer en acciones que les cambian el futuro y su vida entera.
Ver a las niñas convertidas en madres no es precisamente lo mejor que hemos observado: no todavía forma de mantenerse de pie cuando ya tienen que amamantar o cambiar pañales.
Hay que hacer algo urgente, y tenemos que hacerlo todos en conjunto, es decir, apoyarnos en la autoridad y los orientadores que existen en los centros de salud, hospitales y clínicas, para que nos fortalezcan en la enseñanza para con nuestras hijas.
También el otro dato importante es que, del total de embarazos registrados en el estado, poco más del 17 por ciento se convierte en embarazo de alto riesgo, por lo que se requieren cuidados especiales mismos que, como todos sabemos, cuestan mucho dinero, y que a través de la Secretaría de Salud se aterrizan hasta nuestro hogar, convertidos en una acción saludable que ha permitido a cientos de familias tener a sus hijos en casa, reunidos y criados desde pequeños.
Pero realmente consideramos que es urgente hacer algo con respecto a los embarazos en chiquillas adolescentes; tenemos que “ponernos la pila” para evitar desgraciar su existencia. Somos los padres los principales responsabas de esta situación, y no podemos dejarla a un lado.
Por favor, hagamos conciencia y logremos para ellas las niñas de casa, un mejor futuro, una mayor y más completa formación humana, basada en la charla, la compañía y todas esas cosas que nos permiten ser padres y disfrutar al hacerlo.
Somos nosotros los responsables de ellas, no dejemos que las decisiones las tomen solas cuando necesitan un buen e importante apoyo. No las dejemos solas, porque nos necesitan mucho, muchísimo.
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