¿Le impondrán sucesor a Egidio?

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-Aseguran que “el bueno” vendrá del Altiplano
-Baltazar y Marco Antonio suenan muy fuerte
-¿Se repondrán Francisco, Carlos y Lety?

CON todo y el “carro completo” en las elecciones del 7 de junio y la magna concentración priísta en el Polyforum victorense el pasado domingo, difícilmente será el gobernador EGIDIO TORRE CANTU quien imponga a su sucesor.
Si bien es cierto que el PRI se alzó con la victoria en los ocho distritos electorales federales en Tamaulipas, también es cierto que la causa tricolor perdió votantes en el pasado proceso eleccionario.
Asimismo, es una realidad que el alto mando del ex invencible tuvo que intervenir de manera directa en la operatividad electoral en apoyo a la estructura de casa, tomando en cuenta la derrota del PRI-Gobierno en la elección federal de 2012 que arrojó la pérdida de seis de ocho diputaciones federales, las dos senadurías y la presidencial. También, la última local, en donde hubo de entregar al panismo tamaulipeco alcaldías importantes como las de Nuevo Laredo y Matamoros.
Por lo antes expuesto, aunado a que se trataba de la “elección del presidente Peña Nieto”, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI hubo de echar toda la carne al asador ante la necesidad de mantener el control en el palacio legislativo de San Lázaro.
Es por ello que, de entrada, la cúpula tricolor nombró como Secretario de Organización al matamorense BALTAZAR HINOJOSA OCHOA, a quien se le atribuye gran parte del aplastante triunfo priísta en los distritos electorales tamaulipecos.
El todavía diputado federal MARCO ANTONIO BERNAL GUTIERREZ, también originario de esta ciudad fronteriza, fue otra de las piezas de artillería pesada que utilizó el CEN del PRI en la esquina noreste mexicana.
Es decir, en términos objetivos, el triunfo de la ola roja en Tamaulipas no tiene como paternidad única el liderazgo de TORRE CANTU y del dirigente partidista RAFAEL GONZALEZ BENAVIDES. Acéptese o no, lo cierto es que el apoyo cupular fue determinante en la apabullante derrota de los candidatos del Partido Acción Nacional.
De ahí que, con todo y que existan aspirantes torristas a la gubernatura cueruda, por las razones antes expuestas no es de dudarse que la decisión final tenga su origen en el altiplano.
Desde otro ángulo, tampoco debe pasarse por alto que con la llegada del PRI a Los Pinos, prácticamente terminaron los virreinatos en que se convirtieron durante dos sexenios las gubernaturas con sello tricolor.
En consecuencia y en automático, HINOJOSA OCHOA y BERNAL GUTIERREZ han cobrado mayor notoriedad desde la noche del domingo siete de junio.
Como los tiempos se acortan, se da como un hecho que la candidatura priísta al gobierno de Tamaulipas habrá de estar definida a más tardar en diciembre próximo.
En el bando contrario, es decir en Acción Nacional, los resultados desastrosos de la reciente jornada comicial dominical, lógicamente, han impactado de lleno la barca azul.
Como es del dominio público, el tsunami rojo afectó los proyectos políticos de CARLOS ENRIQUE CANTUROSAS VILLARREAL, LETICIA SALAZAR VAZQUEZ y FRANCISCO JAVIER GARCIA CABEZA DE VACA. Aunque, a decir verdad, es el senador blanquiazul el menos perjudicado al no tener la etiqueta de jefe político de plaza, como son los casos de CARLOS y LETY.
No obstante, muy seguramente, las cartas fuertes del panismo tamaulipeco habrán de trabajar horas extras para reparar los daños ocasionados.
Una causa priísta fortalecida como resultado del “carro completo” será el escollo principal que habrán de enfrentar los panistas, claro está, siempre y cuando logren ponerse de acuerdo e integrar un frente común.
Obviamente, si las elecciones para renovar los poderes constitucionales en Tamaulipas fueran hoy, ni una eventual unidad albiceleste podría evitar una nueva derrota.
La pregunta es ¿FRANCISCO, CARLOS y LETY podrán reponerse y aterrizar sus aspiraciones?
Y hasta la próxima.
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