Jóvenes madres…

Es difícil el tema, porque afecta a miles de jovencitas mexicanas y de todas partes del mundo: su origen: desconocido o por diversas razones que tienen que ver con tantos temas como personalidades existen en el planeta.
Resulta que el embarazo en adolescentes es tan grave como los conocidos como de “alto riesgo”: en Tamaulipas, del total de casos de personas en ese estado, el 17.4 por ciento lo constituye la población catalogada como de alto riesgo, y el 16.4 de adolescentes, es decir, más de la tercera parte entre estos dos factores que pueden desencadenar en el fallecimiento tanto de los niños que vienen en camino como de las madres.
Hemos de recordar que las chicas embarazadas tienen un muy gran riesgo, porque muchas de ellas no han acabado de formarse adecuadamente en lo físico, y el embarazo implica una serie de recursos nutricionales que hay que compartir y que, al estar medianamente formadas, tienen que compartir con la consabida desnutrición y otros graves riesgos, que documenta la Secretaría de Salud dentro de sus programas para atender a estas muchachitas, cuyas vidas corren mucho peligro.
En ese sentido, la Secretaría de Salud de Tamaulipas lleva un pormenorizado censo en la medida que los tamaulipecos colaboramos, a efecto de poder otorgar la atención necesaria y el seguimiento durante los meses del embarazo. Prudente sería poner atención como padres de lo que sucede con nuestras hijas e hijos.
Ellas, porque caen engañadas muchas y otras por exceso de libertades, falta de orientación o un momento de debilidad, pero el caso es que de repente su vida cambia radicalmente; ellos tienen problemas también relacionadas con su sentido de responsabilidad y respeto a la vida, a la pareja y a muchas otras cosas.
El caso es que nuestra juventud comienza a tener problemas serios en ese sentido.
Para que se de una idea, de cada 10 mil mujeres embarazadas, el 16.4 por ciento fueron registros de madres adolescentes, cuyas edades oscilan entre los 14 años y un poco más: por otra parte, el 17.4 por ciento ha sido registro de mujeres con embarazo de alto riesgo, que desarrollan una serie de complicaciones como eclampsia, diabetes gestacional y otros que tienen ue ver con el desarrollo adecuado de la criatura y la madre, ocasionando en varias ocasiones la muerte de los nuevos seres, las madres o ambos.
Mucho hay que hacer al respecto, porque los riesgos son mayores: cierto es que hay chicas cuyo embarazo precoz no tiene problemas, pero la literatura científica de medicina nos habla de muchas complicaciones, independientemente de las complicaciones sociales y que la niña no vuelve a ser igual, porque cambia su papel y su rol social en todos sentidos.
Quienes enfrentan esta responsabilidad saben de qué hablamos, y la forma en que se puede perjudicar a las muchachas con los embarazos precoces. Es tiempo de ponernos a trabajar en ese sentido, orientando adecuadamente a nuestras mujercitas, a fin de que no caigan en esta que se convierte en grave problemática social, más cuando la mayoríal de casos se presentan en sectores cuya condición socio económica es bastante baja.
Las autoridades sanitarias tamaulipecas han hecho mucho énfasis en este programa y desplegado una estrategia muy interesante que tenemos que aprender a utilizar para nuestro beneficio.
Finalmente, son recursos nuestros los que están utilizándose, pero no es válido que se tengan ahí arrumbados y sub empleados, porque el dinero cuesta y mucho a cada una de las personas que estamos inscritas en el sector productivo del México que nos toca vivir.
La responsabilidad debe ser conjunta, la orientación ahí está, en los medios y las clínicas del sector Salud: solo falta que usted y nosotros le aprovechemos y hagamos de ésta una forma de capacitación continua, a fin de poder vivir de una manera más adecuada.
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