A cinco años de tu partida

Amigo, hoy se cumplen cinco años de tu dolorosa partida y quiero decirte que se te extraña, que duele tu ausencia, que en esta tierra se necesita de ti y se requiere de ti: el ser humano, el sensible, el bonachón, el comprensivo, el gordo de oro…ese hace falta aquí a quien verdaderamente te quiso.
Hoy seguimos en la espera de saber ¿quién y por qué? Quién fue el cobarde que se ocultó en el más vil y cruel acto de acabar con un ser, que lo único que hizo con el prójimo, fue darle amor, aliento y apoyo para seguir adelante para disfrutar su vida y ser feliz al lado de quien lo ama y amó.
Rodolfo Torre Cantú, sé que estás cerca de Dios porque ese es tu lugar, y sé que has visto por muchos de los que hoy estamos aquí, disfrutando de tu legado, de tu nombre, de tu enseñanza. Gracias amigo, porque de ti aprendimos mucho, conocimos el significado de la palabra amor, trabajo, esfuerzo y más. Gracias de verdad RTC.
A cinco años de tu partida, espero en Dios, se haya hecho la justicia divina, porque aquí en esta tierra muchos esperamos la justicia terrenal, muchos queremos saber porque lo hicieron. Algo es seguro, nunca supieron a quién ultimaban. Quienes lo hicieron, no te conocieron. ¿Por qué no te dijeron que querían? sé que tu hubieras cedido para estar cerca de tu familia, de tus amigos que hoy lloramos tu partida y te extrañamos.
Pero una cosa debes saber, a estas alturas, en las que hay de todo: amigos, enemigos, grupos, intereses y hasta mal agradecidos que te han olvidado. Quienes verdaderamente te quisieron te llevan en el corazón; y lo que bien aprendimos de ti jamás lo olvidaremos.
Duele tu partida, tu ausencia, pero sobre todo duele, no encontrar a un ser como tú, amigo. Ese hombre que con un simple: ¿todo bien? Daba ese impulso para seguir y saber que contábamos contigo.
Sé que Dios ha hecho de ti, unos de sus principales asesores, que te consulta cual o quien debe pasar a su reino y para serte franco, tú ya sabes quién y porque; hasta seguro estoy ya lo has perdonado, porque seguramente Dios lo sometió a Juicio y quiso mandarlo al más allá, donde pagará con penas sus errores, porque ya ha de saber de tu bondad infinita.
Amigo, he cumplido cabalmente tu palabra, lección y enseñanza; allá en donde estés, has amigos y multiplica tus apoyos a quien lo necesita, yo quisiera abarcar más, pero créeme que a veces me resulta difícil, pero trataré de seguir tu ejemplo siempre tratando de ayudar.
Empieza una nueva etapa, pero a decir verdad, hace falta Rodolfo Torre Cantú, que arrasaba con masas, incluyendo a mucha gente buena, pensante, generosa, que los mismos ojos veían a necesitados, para brindarles una palabra de apoyo.
Espero que nos se les olvide, que te quedaron a deber.
Aún queremos saber quiénes lo hicieron y fueron los causantes de ese artero crimen, la causa que haya sido, talvez, ya no importa, ya que acabaron con la vida de un hombre que su único delito fue amar al prójimo, ayudar al necesitado y dar su mano al desvalido.
Sabes amigo, hoy te sigo esperando, te sigo queriendo y te sigo buscando en cada rincón de esta tierra, a decir verdad, no te encuentro…no hay quien sea igual o mejor a ti: Rodolfo Torre Cantú, fuiste único.
Podrán decir lo que quieran, muchos podrán hacer su mejor esfuerzo, pero jamás podarán superar la acción y reacción de un pueblo que se quedó en la esperanza de ver y sentir la mano de buen amigo, la imagen del ser noble y sensible que siempre vio por el necesitado y valoró la amistad. Un hombre de acción, actitud y humanista.
Gracias de verdad por todas y cada una de las cosas que me enseñaste.
Gracias porque aunque me juzguen, puedo decir siempre que de ti aprendí muchas cosas buenas; soy humano y cometo errores, pero contigo aprendí a perdonar, a comprender, a actuar con la cabeza fría, pero sobre todo, a ayudar a quien lo necesite.
Gracias porque aprendí a distinguir a descifrar y comprender el verdadero significado de la palabra esfuerzo y ayudar a quien verdaderamente lo necesita, sin esperar nada a cambio.
Gracias RODOLFO TORRE CANTU.
Por ti soy, por ti seré.
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