El Paseo Méndez

Es posible que hablemos de uno de los sitios más enigmáticos de la ciudad capital de Tamaulipas, y con más tradición entre la población, más, ahora que se ha rehabilitado para dar gusto a cientos de personas que han tomado la actividad física como moda, como ejercicio o como estilo de su nueva existencia.
Recordamos aquella fotografía propiedad de la familia Flores Rodríguez en la que el Paseo Pedro J. Méndez tenía otro aspecto muy distinto al que hoy nos ofrece, y antes de su rehabilitación.
Nuestros abuelos seguramente estuvieron paseando entre sus árboles frondosos, llevando a cabo muchas declaraciones románticas que fueron la base para conformar nuevas familias victorenses.
Era y sigue siendo un hermoso paseo, donde la naturaleza ha sido generosa a pesar de los temporales cálidos, extremadamente cálidos que nos aquejan en ciertos momentos del año.
Es el Paseo Méndez el nido donde se encuentra aquel monumento perenne al niño, o el hermoso e imponente monumento a la madre. Es también la sede del Jardín de Niños Eva Sámano de López Mateos, o del gimnasio que lleva el nombre del queridísimo e inolvidable profesor Eduardo Javier Fuentes Acevedo, y que sigue siendo lugar donde se forjan mentes triunfadoras.
Es, sin lugar a dudas, uno de los lugares más tradicionales de Ciudad Victoria, y este día 10 de septiembre será reinaugurado por el alcalde Alejandro Etienne Llano, quien estará acompañado por el gobernador Egidio Torre Cantú, así como funcionarios, amigos y la sociedad en general.
Se dijeron muchas cosas como sucede cada ocasión que hay una obra grande.
No falta quien critique lo que se hace y quien lo aplauda: es el beneficio de un sistema democrático, donde todos podemos opinar.
Hemos visto videos y promocionales, y la verdad nos da mucho gusto ver que este tradicional sitio fue objeto de una serie y profunda remodelación; no se hicieron “pegotes” a lo loco y con una idea más política que práctica.
Hoy, el paseo Pedro J. Méndez tiene una nueva cara y es para todos nosotros, porque, finalmente, el dinero que se empleó para su reconstrucción surgió de las manos trabajadoras de quien en Victoria habita.
No tenemos el dato de la inversión que se requirió para tal obra, pero lo que sí podemos constatar es que ha quedado la magna obra de muy buen ver: con instalaciones modernas que, esperamos, aguanten un buen número de años, y otorgando a la familia victorense de nueva cuenta, ese espacio que tantas cosas nos hizo comentar y vivir.
Ahí se encuentra el monumento a los Niños Héroes, aquellos próceres de Chapultepec que se recuerdan anualmente por su acción heroica al defender el Castillo de Chapultepec; muchas historias se entretejieron en el Paseo de los victorenses que, también hay que decirlo, por un error de alguien que desconoce el sitio, cambió de apellido y lo difundió como otro lugar desconocido para nosotros.
Sigue en pie la legendaria Concha Acústica pero se fue la fuente que se encontraba en el borde del Paseo.
Muchos comentarios, buenos y no tanto sobre el retiro de esta obra, aunque la verdad es que se dieron importantes pasos para modernizar Victoria.
Ahora sigue el aprovechamiento cabal de este espacio natural, un auténtico “pulmón” natural para la ciudad que nos permitirá contar con ese hermoso espacio, pero a la vez, nos permitirá la oportunidad de seguir sintiéndonos victorenses.
Hay que disfrutar la obra que ha sido concluida con gran éxito, y la verdad sea dicha, ha quedado como novel plaza de una gran ciudad.

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