Uno de los grandes dolores de cabeza de los usuarios de teléfonos inteligentes es la facilidad con la que la pantalla se puede romper, incluso con los cristales que aseguran ser ultrarresistentes.
Apple tiene una solución y no implica contar con un cristal más resistente, sino hacer pequeños cambios al diseño del teléfono.
En abril de 2014 la compañía solicitó un registro de patente en Estados Unidos que hace uso de sensores para detectar una caída repentina del teléfono. Cuando los sensores se activan, pequeños parachoques se extienden en el borde de la pantalla, previniendo que el golpe lo reciba el cristal.
Pese a la patente, puede que Apple decida nunca usar la tecnología en sus dispositivos. Muchas veces las patentes sólo son una protección contra posibles ideas de la competencia y no planes de desarrollo futuros.
Fuente:
elmundo.com