La mejor campaña

Los politólogos, asesores, especialistas y demás, quienes conviven de cerca con los precandidatos de todos los partidos, y viven de ellos inclusive, se preguntan cuales son las mejores estrategias para convencer en un proceso electoral que se antoja muy interesante, aunque a decir verdad, no hay mucha dificultad en el estado para que el Partido Revolucionario Institucional pueda conservar el privilegio de gobernar la entidad y la mayoría de los ayuntamientos, contando con una mayoría legislativa, es decir, casi el carro completo.
¿La razón? No hay oposición en Tamaulipas: poco se mueve en las filas albiazules, pero han perdido más fuerza peleando entre sí que buscando una candidatura y un triunfo, porque sus estrategias son demasiado simples: “vamos a sacar al PRI del gobierno”, pero no aportan nada, no proponen nada, no hacen nada, en pocas palabras.
Tres son los aspirantes blanquiazules, pero han pasado más tiepo descalificando a sus dos contrincantes restantes que pensando en un buen plan de gobierno.
En el PRI no hay mucho que decir, aunque una decisión pensada a medias puede llevarles a tener sobresaltos electoreros, y a tener algunas derrotas, pero también puede llevarles a sufrir descalabros en la lucha por la gubernatura.
¿Por qué? El PRI ha tenido un cúmulo de estrategias puestas en marcha que no llevan mucho a la satisfacción ciudadana: un enorme descontento a nivel nacional y en cuanto a sus dirigentes estatales, quienes han olvidado, al parecer, la forma en que se maneja un partido político, dejando las bases a un lado, y denostando el esfuerzo de lideres populares, de gente que tiene “arrastre”, es decir, que les puede representar un sinnúmero de votos.
En ese sentido, los estrategas del tricolor han utilizado artimañas que tienen décadas de existencia, y confían en la ignorancia de un electorado que cada vez está más informado y se deja todo en un debate en Redes Sociales y en persona, haciendo mas difícil la manera de convencer a los probables votantes.
Uno de los sectores olvidados es el de la juventud, en el que los dirigentes del tricolor han pensado que como muchachos de antaño bastaba con convocarlos y prometerles algo: hoy no se puede prometer sin cumplir, y lo mismo sucede con el sector femenino que cada vez exige más, aunque pocas veces hace por merecerlo, y se amparan en una irreal “equidad de género” en la que piden la mitad de las candidaturas sin comprender que hay que trabajar para merecer.
Todos los sectores tienen que hacer gala de sus inteligentes pensamientos y poner la maquinaria a trabajar, porque no está fácil la elección cuando el dólar está por las nubes, y el euro se torna inalcanzable, cuando el petróleo se encuentra en escalas deprimentes y los problemas sociales siguen creciendo.
Tamaulipas, afortunadamente, y lo sentimos a título personal, entendemos que ha tenido avances significativos y el gobierno estatal ha puesto en marcha diversos programas de obra e infraestructura que caminan positivamente; la entidad ha mostrado que cuenta con personas que quieren que salgamos avante en todo lo que nos hemos propuesto y que estamos trabajando intensamente, cada uno en su trinchera, para lograrlo.
E insistimos en que la mejor campaña que puede hacer cualquier partido es el trabajo de los que hoy gobiernan: en la medida que se reconozca el esfuerzo del gobernador o alcaldes priístas será el impacto electoral que pudiéramos tener, y en ello no cuenta mucho la estrategia partidista que, en los últimos meses ha sido punto menos que negativa.
El mejor trabajo es el que se verá en las calles y campos, en el territorio donde habrá programas, infraestructura e inversiones que nos hablen de lo positivo que puede ser todo ésto si se tiene intención de mejorar.
Es cuando los verdaderos estrategas tienen que exigir a los actuales gobernantes de todo nivel que sus acciones hablen por ellos mismos, para garantizar ka continuidad de su instituto político; y dependerá de ellos, porque los de las oficinas centrales… nomás no.

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