Los mejores hombres (y mujeres)

Con la debida disculpa, pero entendemos, y en ello va acorde la opinión de la Real Academia Española, que cuando decimos que los partidos políticos deben ofrecernos a sus mejores hombres, nos referimos a la raza humana, es decir, sin distingo de género, a quienes tengan la mayor capacidad actual y demostrada para poder enfrentar la responsabilidad de una diputación, una presidencia municipal y la gubernatura.

Muchos de los que quieren han estado haciendo una labor incansable en sus trincheras; quizá lo que pudiéramos ver como observación es que lamentamos que la labor no haya sido algo recurrente, es decir, que tuvieran años haciendo lo mismo, porque entendemos que un político con espíritu de servicio debe serlo siempre y no únicamente en tiempos pre electorales, como sucede con algunos. Aunque es justo reconocer que otros han incrementado sus acciones pero tienen la vocación que la ciudadanía quisiera, y es casi seguro que, de ser nominados, podrían alcanzar la mayoría de votos.

Un claro ejemplo lo vemos con Blanca Salazar, allá en Jaumave, donde la lucha por el poder se resume a un grupo que siempre ha manejado la política en ese hermoso municipio.

Coy tiene muchos adeptos, simpatías y tiene muchas cosas valiosas; proveniente de una familia honorable, es leal y trabajadora y tiene mucho interés en servir a la gente de Jaumave. Lo ha demostrado durante mucho tiempo a través de sus acciones cotidianas, y ahora, en plena carrera por la candidatura, Coy hace un esfuerzo muy importante para ser considerada por quienes toman la determinación, con la certeza de que, de obtener la candidatura es prácticamente seguro que pueda obtener el triunfo.

En Victoria muchos se mueven, sin embargo destaca entre muchos la labor de Ricardo Rodríguez Martínez, diputado local y joven victorense que ha empeñado su esfuerzo, su palabra y su tiempo para servir a los demás. Sus informes parciales demuestran a propios y extraños que es un muy buen prospecto y que tiene lo necesario para poder alcanzar un triunfo y, posteriormente, hacer una labor positiva a favor de los victorenses como alcalde.

La franja fronteriza es difícil por la naturaleza de muchos de sus aspirantes, sin embargo, pocos tienen la posibilidad real de triunfar si alcanzan la candidatura.

Los priístas están esperando con ansia lo que llaman “los tiempos” y que no es más que la voz de arranque y la decisión, desde nuestra óptica, mal determinada, para que se sepa quienes contendrán por 43 alcaldías, diputaciones locales y la gubernatura.

Y externamos nuestro desacuerdo en el método porque no se sabe de una real consulta a la ciudadanía para postular a quien mejor convenga. Lejos queremos estar de tiempos en que el Presidente de la República nominaba a los candidatos, o el gobernador ubicaba a sus próximos alcaldes y así, sucesivamente.

Los tiempos del dedazo deben haber terminado, porque hoy en día la gente ya no se lleva el dedo a la boca con la idea de que un recomendado es “la mejor opción”. Hoy se tiene que tener mucho cuidado en la postulación, porque se requiere, realmente, postular a quienes se consideren los mejores elementos, sin atender porcentajes de género o de sectores: la ciudadanía no quiere saber si es parte de un 50 por ciento masculino o femenino: quiere saber de alguien que sea capaz de gobernar adecuadamente.

Ya ve usted la desagradable sorpresa que tuvimos en Matamoros con una alcaldesa que entre otras cosas, se propuso ser prototipo de “comandanta” y formó su escuadrón de élite con los resultados ya conocidos. Necesita cada partido darnos las mejores opciones, para que, entonces, los que sí votamos, elijamos a los mejores en cada caso, y de esta forma garanticemos mejor porvenir y progreso para el territorio, municipio a municipio, en el estado y en el Congreso local.

No caería mal un sondeo real entre los que deciden (los votantes), y en base a ello, tomar la decisión necesaria, aunque duela.

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