Mito en picada

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A pocos minutos de que el inusual “tuit” del Presidente PEÑA NIETO anunciase la captura de JOAQUÍN GUZMÁN, comenté en redes sociales que las noticias serían dos y no una: (1) El arresto en sí, aunque también (2) el reposicionamiento político del presidenciable OSORIO CHONG.
Pararrayos de la tormenta, hoy beneficiario, la fuga que estuvo a punto de costarle el cargo y su carrera política, se convierte en recaptura que catapulta al titular de SEGOB como un solvente jefe del gabinete de seguridad.
El asombro se ahonda cuando la revista neoyorquina Rolling Stone aprovecha el momento, se trepa a la ola mediática y publica una entrevista realizada a GUZMÁN en octubre.
Más allá de lo anecdótico (SEAN, KATE, etc.) lo destacable es que el personaje aceptó frente a la cámara algo que sus abogados negaron por años. Su condición de jefe narco.
Confesión explícita acaso crucial para derribar la decena de amparos contra su extradición promovidos por una defensa que por años dibujó a JOAQUÍN como un modesto comerciante inflado por la propaganda oficial.

IMAGEN CONTRADICTORIA
Apuntalaría dicha versión la foto más famosa de su recaptura en un cuartucho de hotel y en camiseta de tirantes, sin hombros ni mangas, astrosa, sucia.
Ese “pobrediablismo” parecería refutar a la revista Forbes, cuyas ediciones de 2009, 2010 y 2011 lo ubicaban como un magnate. ¿A quién creerle?
Luego se supo que el aspecto andrajoso, renegrido, harapiento, nada tenía que ver con su estilo de vida y obedecía más bien a las condiciones concretas del arresto. Quiso escapar por una alcantarilla, de ahí el baño de mugre.
La entrevista de PENN aclaró las cosas. En el otoño pasado, junto a medio millar de sicarios, el CHAPO lucía su verdadero perfil de capo exitoso.
En foto como en video, camisas vaqueras en estampados azules (cian, índigo, aguamarina) pelo negro lustroso, raro en un sexagenario. Autoestima en esplendor, fuera de toda duda.
Otro punto relevante, el clamor inmediato pidiendo su extradición que unificó criterios en todos los partidos, incluyendo al jefe capitalino MIGUEL MANCERA, los líderes camerales CESAR CAMACHO del PRI y MARKO CORTÉS del PAN.
A lo cuál, la PGR respondió el mismo sábado anunciando el inicio formal del proceso extraditorio solicitado en dos ocasiones por el gobierno norteamericano.
El acusado tendrá un plazo de 23 días, los primeros tres para presentar la apelación contra su traslado y 20 más para darle fundamento.
Fuentes jurídicas abordadas en medios han exagerado la lentitud del procedimiento, basados en la fuerza de los recursos legales que tendría la defensa.
Verdad a medias. Cabe insistir en que el CHAPO ya aceptó su culpa frente a la cámara de Rolling Stone. Ello facilita las tareas de la PGR.

DESENLACE YA
Esta semana alcanza su clímax la puja sucesoria al interior del PRI tamaulipeco. Convocatoria y destape, con todos los ingredientes de carácter informal que suelen condimentar momentos así.
Tensa la madeja de hilos, habrá que observar por cuáles revienta primero. La lógica indica que los menos afortunados mandarían señales de apoyo a opciones más fuertes.
Aunque el estilo de PEÑA apunta también a la necesidad de evitar madruguetes y mantener la disciplina hasta el anuncio formal que será de unidad.
Viene difícil la operación cicatriz. Demasiada gente invirtió demasiado dinero, tiempo y esfuerzo en demasiadas causas, de las cuáles solo habrá un ganador.
Dura tarea para el PRI estatal, (1) apacentar a la variopinta geografía de grupos inconformes, (2) administrar la frustración, (3) consolar a los desairados y (4) evitar que endosen sus huestes a causas opositoras, como muy seguido ocurre en Tamaulipas cuando no le atinan al premio mayor.

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