Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Bajo un fuerte operativo de vigilancia y seguridad, el obispo Enrique Sánchez Martínez, arribó a esta ciudad a las 16:00 horas para hacerse cargo de la Diócesis, la que abarca 7 municipios del norte de Nuevo León y las parroquias de Nuevo Laredo.
El tercer obispo de Nuevo Laredo llegó acompañado del arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López; del Nuncio Apostólico Cristophe Pierr, y del padre Jorge Alberto Cavazos Arizpe, administrador apostólico de la Diócesis.
A su llegada, lo primero que hizo fue ofrecer una conferencia de prensa en uno de los salones de la Asociación de Agentes Aduanales, en donde dijo que su visita es para evangelizar a través del cercamiento con la sociedad en general.
Dijo que trabajará fuerte a favor de los migrantes, ya que el tema de la migración es un factor de identidad de esta ciudad, “además de la violencia y su relación con Estados Unidos”, precisó ante una pregunta que se le hizo.
En dicho lugar las preguntas fueron pocas debido a la premura del tiempo, por lo que adelantó que no tienen un plan de trabajo preciso, aunque reiteró que trabajará para atender a los diferentes grupos de personas que requieran de su atención y apoyo.
“Con el tiempo haremos planes, ya que no tengo planes, pero será la evangelización adonde se necesite”, explicó.
De ese lugar se dirigió a la iglesia del Santo Niño, en donde una multitud de católicos ya lo esperaba, y son media palabra solo oró ya que aún no recibía el nombramiento canónico como obispo de esta ciudad.
Minutos después salió de la iglesia y abordó el vehículo oficial con rumbo a la catedral del Espíritu Santo, en donde ya lo esperaban cerca de 4 mil personas tanto adentro del templo como en las afueras.
Luego de unos minutos, una valla integrada por los Caballeros de Colón le franqueó el paso primero a un numeroso grupo de seminaristas, para después abrir paso a cerca de 40 obispos y sacerdotes de varias regiones del país, incluso de Texas.
El encargado de leer la carta del nombramiento canónico escrito por el papa Francisco, fue el sacerdote Alberto Monjarás, y una vez escuchado el mensaje papal, monseñor Enrique Sánchez recibió de parte del arzobispo y del Nuncio Apostólico y representante del Papa Francisco, la aprobación para fungir a partir de ese momento como obispo de la Diócesis de Nuevo Laredo.
Ante la aprobación, sacerdotes y obispos desfilaron para ofrecer su felicitación y besar la diestra del nuevo obispo en un acto solemne presenciado por cerca de dos mil personas en el interior del templo.
Pero este evento también fue presenciado por políticos de la ciudad. Allí estaban dirigentes de diferentes partidos, diputados, aspirantes a cargos de elección popular, dirigentes de organizaciones y militantes políticos, todos unidos en un acto de fe que pronto será roto para iniciar hostilidades que dejarán resquemores en algunos de ellos, cuando den inicio las campañas políticas en la búsqueda de la presidencia municipal y las diputaciones locales.
