El Escapista

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Ya se fue, pero quienes creyeron en él aun lo siguen buscando.
Dicen que ni siquiera se despidió y eso siembra la duda, confunde, y se resisten a creer que ya dejo los rayones.
Y es que a quienes habitan allá por San Luisito, populosa unidad habitacional de Ciudad Victoria, Tamaulipas, los tomo por sorpresa el desmantelamiento de una oficina que operó durante más de tres meses, la cual ya cerro, en tanto que los seguidores de Marco Antonio Bernal Gutiérrez, la siguen frecuentando, tal vez para conocerlo de perdido en persona.
Esa oficina estaba ubicada en el 17 y 18 Michoacán y durante ese tiempo se había convertido en el cuartel del aspirante a la gubernatura de Tamaulipas por el Partido Revolucionario Institucional, el que en las próximas horas dará a conocer quien será su abanderado.
Muchos se muestran convencidos de que Marco Antonio será “el bueno”, sin embargo extraña que sin decir adiós –según algunos priístas-el aspirante se haya retirado de la capital de Tamaulipas, donde supuestamente realizaba labor de gestoría en su calidad de legislador federal.
Efecto, tuvieron, las cartas de felicitación por las fiestas navideñas con las que Bernal Gutiérrez inundo las viviendas de Ciudad Victoria, ya que por lo menos denota un buen gesto por su parte.
Sorprendieron, también, las encuestas que vía telefónica hicieron masivamente sus colaboradores durante varios meses para tratar de posesionar el matamorense en el agrado de los electores de esta capital.
Una ama de casa me comentó que una señorita le lanzo la primera pregunta en el sentido de que si conocía a Marco Antonio y su trabajo como ex legislador y como político. La mujer le contestó que no.
¿Pero si realizo importantes gestiones desde la federación para favorecer, para modernizar a Tamaulipas?, le insistió la asistente del aspirante a la gubernatura. ¿Cómo qué, le preguntó la ama de casa. “Mantener el equilibrio en la cuestión energética, partidas para el mejoramiento de viviendas y para carreteras”, reiteró la encuestadora. “Mejor que contribuya en arreglo de las calles en Ciudad Victoria porque lucen echas queso”, le dijo ya cansada la joven señora.
Eso se acabo, también la emisión de boletines perfumados que Marco Antonio envió durante varias semanas a los medios de comunicación y a columnistas para que apoyaran su causa.
Lo último que se sabe de él es que fue entrevistado en la ciudad de México y declaró que se siente muy satisfecho con los cien días que recorrió los diversos municipios de Tamaulipas, porque pulsó el sentir de los ciudadanos y conoció sus necesidades, por ello ya está listo para competir como sucesor de Egidio Torre Cantú.
Algunos de sus seguidores en San Luisito aún se cuestionan si cien días son suficientes para que un político formado en la capital del país y quién solo se aparece aquí en temporadas electorales conozca realmente lo que la población requiere en este polifacético estado.
Mientras tanto en los cafetines locales donde el chisme abunda y donde se destruyen reputaciones.
Se cruzan caras apuestas en el sentido de que Marco Antonio.
Ya dejo, los rayones.

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