Moreira a días de recuperar pasaporte

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Del viernes 15 al 22 de enero, el caso dio un giro de 360 grados, comenzando porque todo apuntaba a que la Fiscalía Anticorrupción en España tenía un legajo de pruebas contundentes (atestado 1232) que vinculaban a Humberto Moreira con organización criminal, cohecho, blanqueo de capitales y malversación de caudales públicos.
Los primeros momentos, tras su detención en Barajas también conocido como Aeropuerto Internacional Adolfo Suárez, levantaron la suspicacia de que la orden de arresto contra el exgobernador de Coahuila podría provenir de una Corte estadounidense dispuesta a solicitar su extradición.
Alguien me preguntó si en México había alguna causa abierta contra él…¿de quién y por qué?, la sorpresa fue mayúscula cuando apareció el nombre de la Fiscalía Anticorrupción de España querellada contra Moreira por los supuestos delitos referidos.
Después procedió la orden inmediata del juez José de la Mata, del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional, de encarcelar al político mexicano en el Centro Penitenciario de Soto del Real. Se atisbó, entonces, que en España habría pruebas lo suficientemente aplastantes que ni en México ni en Estados Unidos se habían encontrado contra Moreira.
Será por eso que la mañana platinada del viernes 22 de enero nos devolvió el asombro, la prensa ya esperaba afuera de la calle de Génova (sede de la Audiencia Nacional) a Manuel Ollé, el letrado defensor del exlíder nacional del PRI.
Ollé arribó cerca de las 11.30 am, le abordaron las cámaras no únicamente de televisoras mexicanas con sus corresponsales también muchos periodistas españoles cuyos medios de comunicación siguen con denodado interés toda la virulencia que aqueja a México, a los mexicanos y a sus poderosos.
Yo esperé al abogado justo al pasar la puerta en el interior del edificio de cristal frente a la sede de la Audiencia dado que en el primero están las salas de los juzgados donde despachan los jueces y Moreira sería llevado allí.
Saludé a Ollé y le pregunté por la salud de Moreira “él está bien”, respondió; le comenté que ya lo estaban ligando con el narco y los Zetas “no, no, no todo es lícito”; y a qué hora lo presentarán ante el juez “a las 13 horas”.
Un poquito antes de las 14 horas ya había trascendido que el juez Santiago Pedraz, del juzgado número 1 de la Audiencia Nacional, con quien compareció Moreira había determinado modificar las medidas cautelares dictadas por el otro magistrado una semana antes.
Le dejaba en libertad sin fianza, con el pasaporte retirado y concedía hasta cinco días a los fiscales José Grinda y Juan José Rosa querellados contra Moreira para impugnar la decisión de Pedraz.
Empero, lo más visible es que durante la comparecencia de Moreira, todos los elementos presentados en su contra fruto de una investigación que inició la Fiscalía Anticorrupción en marzo de 2014 y continuada en febrero de 2015, todos carecieron de contundencia; inclusive las transcripciones de las escuchas telefónicas.
A COLACIÓN
Para mayor contundencia, el auto de libertad del juez Pedraz, refiere que “no hay acto alguno que denote la comisión o siquiera la preparación de delito alguno”.
“La imputación por parte del Ministerio Fiscal al Sr. Moreira se basa en conversaciones telefónicas intervenidas que no revelan actividad delictiva alguna, no habiendo solicitado la Fiscalía ninguna otra diligencia probatoria contra D. Humberto Moreira.”
Para Ollé, los argumentos de su defensa, consistieron en demostrar y reiterar que las transferencias económicas recibidas “no revelan comisión de delito, proceden de sociedades que existen y tienen actividad real.”
Por lo que me han explicado no habrá más descargo de pruebas contra Moreira por parte de la Fiscalía Anticorrupción, por lo que el juez Pedraz dictará la resolución de libertad en firme en los próximos días posiblemente en los primeros de febrero de tal suerte que le será devuelto el pasaporte y el caso sobreseído.
¿Qué hay detrás de todo esto? Una persona que sale exonerada por la justicia en México en 2012; que se da a entender en una Corte de San Antonio, Texas en abril de 2015 su vinculación con el empresario Rolando González Treviño sin mencionar su nombre directamente. Y ahora, el chasco, vendetta, conspiración, cortina de humo…acontecida en España. ¿De quién fue el regalito?

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