Reynosa Tamps….La escandalosa derrota del PRI en Tamaulipas frente al PAN, aún mantiene a los priistas pasmados antes los resultados electorales, perdieron 26 alcaldías y la joya de la corona política…La gubernatura. Por primera vez en sus 86 años de reinado partidista en la entidad, serán oposición a partir del 1 de octubre. Sin embargo en el shock mismo de la debacle han comprobado con horror algo que se presumía desde antes del inicio de la campaña.
El desdén e indiferencia con que son vistos y tratados desde el centro. A las serie de impugnaciones iniciadas, el CEN del PRI se ha mantenido distante y sin apoyo manifiesto hasta hoy y hay sobrados motivos para esa frialdad. Muchos aseguran que ha sido la venganza de Enrique Peña Nieto, quien en 2012 perdió la elección presidencial en Tamaulipas.
Aun con ese escenario de trato distante e indiferente. Los priístas en Tamaulipas apostaron a que Baltazar Hinojosa era “el candidato del centro” y en consecuencia tenía la anuencia presidencial y confrontar una eventual rebeldía de los grupos políticos locales e incluso del mismo gobierno estatal, acusado de proclividad al PAN.
Bajo ese tenor, se aventuraron en la campaña. Manlio Fabio Beltrones, presidente nacional del PRI jamás empujó con vigor y fuerza la campaña de su candidato en Tamaulipas, se limitó a participar como orados en eventos cerrados y sin haber caminado jamás por las calles y colonias de la entidad.
El resultado no solamente confirmó los peores temores de los priistas, si no que los ha llevado al foso de la marginación, las ultimas quincenas en la nómina oficial están marcadas y a partir del 1 de octubre tendrán que lidiar con la culpa y la frustración de perder acceso a todos esos privilegios que habían tenido hasta donde la memoria del más viejo priistas alcance.
Jamás se imaginaron fueron del gobierno y con la idea de la eternidad confiaron en su permanencia. Serán una gran oposición, en donde primordialmente tendrán que aprender a subsistir sin el generoso patrocinio del erario y aun mas tendrán que mantenerse unidos y leales ante la prueba que la misma alternancia les ha impuesto. Como en el episodio mitológico del ave Fénix. Tendrán que renovarse, emerger de sus propias cenizas o morir
