Como prevenir los golpes de calor

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En época estival, no es raro escuchar alguna noticia acerca del fallecimiento de alguna persona mayor o de algún trabajador como consecuencia de un golpe de calor. El 7 de julio en Córdoba moría una persona de 61 años como consecuencia de ello.

Por golpe de calor se entiende la elevación de la temperatura corporal por encima de los 39,5-40ºC como consecuencia de la exposición excesiva al sol, acompañado de desorientación y anhidrosis (sequedad de piel y mucosas, deshidratación).

Los principales signos y síntomas con los que cursa el golpe de calor son (a parte de los descritos anteriormente) malestar general, nauseas, vómitos, pérdida de la conciencia, convulsiones, shock y en las situaciones más graves parada cardiorrespiratoria, como consecuencia de un fallo multiorgánico.

Es muy importante recordar y saber diferenciar lo que es un golpe de calor y un agotamiento por calor. El agotamiento por calor es un cuadro muy frecuente en verano, sobre todo en ancianos, como consecuencia de la sudoración excesiva, la pérdida de agua y de sales, cursando con debilidad, nauseas, vómitos, anorexia, cefalea, mareo, calambres, ansiedad, irritabilidad y en los casos más graves síncope.

Otra patología típica del verano y de la realización de ejercicio o actividades forzosas a temperaturas elevadas es el calambre por calor. El calambre por calor consiste en la presencia de contracturas dolorosas, breves e intermitentes, que afectan a los grupos musculares más usados en la realización de ejercicio. Suele producirse como consecuencia de la sudoración excesiva y la pérdida de líquidos y sales minerales. No cursa con fiebre.

De todos los cuadros que se han descrito, los que afectan principalmente a las personas mayores son el agotamiento por calor y el golpe de calor.

Es importante concienciar a las personas mayores y a sus cuidadores acerca de la prevención, debido a que todos los veranos se escuchan noticias en los telediarios de alguna muerte de una persona anciana por estas situaciones.

Todos somos susceptibles de sufrir un golpe de calor, pero hay una serie de factores de riesgo que hacen que unas personas sean más vulnerables que otras, como por ejemplo la edad, los niños y las personas mayores son las que más riesgo tienen de sufrirlo, los niños por estar en proceso de desarrollo orgánico y las personas mayores como consecuencia del deterioro general de los órganos propios de la edad.

Junto con la edad, otra serie de factores de riesgo son el consumo de ciertos fármacos como los diuréticos, laxantes, bletabloqueantes, antihistamínicos, antiparkinsoniandos, anidepresivos, etc. La presencia de enfermedades neurológicas como las demencias, el parkinson, Ictus, etc, enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, hipertiroidismo, enfermedad obstructiva crónica (EPOC), insuficiencia renal crónica.

Es importante prevenir la aparición de este tipo cuadros en cualquier persona pero aún más en aquellas personas más vulnerables como los niños o las personas mayores. Para ello es fundamental evitar las exposiciones directas al sol en aquellas horas de mayor temperatura (principalmente de 11 de la mañana a ocho de la tarde). Salir a pasear en horas tempranas o al caer la tarde cuando las temperaturas son más frescas. Beber agua de forma constantes, es recomendable beber de dos a dos litros y medio de agua. Comer comidas frescas, verduras, frutas, ensaladas, evitar comidas copiosas. Aquellas personas que presenten alteraciones cognitivas, como pacientes con Alzheimer, que no tengan sensación de sed, ofrecerles constantemente agua, zumos o gelatinas.

Las gelatinas son productos nutricionales muy recomendables para personas mayores ya que están hechas a base de proteínas y agua, por lo tanto, en aquellas personas que tengan dificultad en la deglución, es una solución muy buena para que tomen agua con la seguridad de evitar atragantamientos accidentales por la ingestión de líquidos.

También es importante tener en cuenta la ropa que se pone la persona o que se le pone en caso de ser una persona dependiente. Es recomendable poner ropas de tejidos frescos como linos, algodones; tejidos de colores claros y repelen el calor. El calzado tiene que ser transpirable, es recomendable el uso de zapato abierto aunque que esté bien sujeto al tobillo para evitar caídas accidentales o torceduras de tobillos.

En aquellos pacientes que ya sufran un golpe por calor los primeros auxilios a poner en marcha serán: en primer lugar llamar al 112 solicitando la presencia de una ambulancia medicalizada para trasladar al paciente al hospital. Mientras la ambulancia llega, retirar a la persona de la zona de exposición a altas temperaturas, colocarla en lugar fresco. Si está consciente ofrecerle agua fresca, que beba a pequeños sorbos pero de forma constantes. Es recomendable taparla con las mantas isotérmicas, colocando la parte plateada hacia fuera para evitar que el calor externo siga calentando a la persona.

Una vez lleguen los servicios sanitarios, será trasladado al centro sanitario más cercano para ser atendidos por personal especializado.

Para ampliar más información le recomiendo que lea el siguiente artículo científico donde se contextualiza de forma muy explícita que es el golpe de calor, sus consecuencias y sus medidas de prevención.

https://scholar.google.es/scholar?hl=es&q=golpe+de+calor&btnG=&lr=

Le recomiendo que visualice este video para aprender a utilizar la manta isotérmica en caso de urgencias, ya no sólo en golpes de calor sino en cualquier situación. Estas mantas tienen dos lados uno plateado que relfecta el calor hacia el lado que se coloca, si se coloca hacia la persona la función en calentarla y si se coloca hacia fuera la función es evitar que el calor externo le eleve la temperatura corporal.

Por Raquel Sánchez Recio
http://www.viu.es/

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