Tres preseas para la delegación tricolor en una jornada histórica
El rostro del México olímpico cambió totalmente. De las frustraciones de los primeros días a la memorable jornada de ayer, la historia se transformó para la delegación tricolor en Río de Janeiro, a unas horas de la clausura de los Juegos Olímpicos de 2016.
Ayer, México se colgó tres medallas, dos de plata que estuvieron a nada de ser de oro, y un bronce inesperado. Entrará a la jornada de clausura en el sitio 61 del medallero, gracias al talento de sus deportistas.
María del Rosario Espinoza se erigió como la mejor atleta mexicana de todos los tiempos al obtener su tercera medalla en igual número de justas en tae kwon do. Luchó hasta lo último para colgarse el oro, pero sucumbió en la final. La plata le deja junto a Joaquín Capilla como los únicos mexicanos con tres preseas en distintas Olimpíadas.
Germán Sánchez hizo una competencia impresionante en la fosa de clavados. A diferencia de María del Rosario, el jalisciense no figuraba en los pronósticos de medallas. Pero saltó como nunca y los jueces lo calificaron como tal. En un momento llegó a estar en primero, pero el favorito chino hizo una ejecución perfecta para llevarse la dorada, dejando a Sánchez con una plata con sabor a oro.
Cuando México disfrutaba la medalla de Germán, de pronto en los resultados del pentatlón moderno apareció el nombre de Ismael Hernández. Y, cumplidas las cinco pruebas, el joven militar se metió a la historia al quedarse, inesperadamente, con la presea de bronce.
En la jornada de ayer el boxeador Misael Rodríguez recibió su medalla de bronce obtenida días antes, cerrando una página memorable para el deporte olímpico mexicano.
La primera vez que México se llevó tres preseas en un mismo día fue en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en 1984: Ernesto Canto y Raúl González obtuvieron oro y plata en la marcha de 20 kilómetros y José Manuel Youzhimatz logró el bronce en el ciclismo de pista.
El fútbol vio coronarse a Brasil en dramática tanda de pénaltis, evitando una catástrofe para el país anfitrión en pleno Estadio Maracaná, un día antes de la clausura de los Juegos, que ahora ven a México de manera distinta.
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