Celebran migrantes con caminata la Jornada Mundial del Migrante

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Nuevo Laredo, Tamaulipas.-Con una misa en la iglesia del Santo Niño decenas de migrantes celebraron este domingo la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, y el mensaje del párroco de la iglesia, José Martínez, fue de consolación, esperanza y alivio al dolor que los miles de migrantes padecen en su peregrinar desde otros países hacia Estados Unidos.

La misa inició al filo de las 10:30 horas, cuando arribaron al atrio de la iglesia migrantes de El Salvador, Guatemala, Honduras, México y otros países, que se alojan en la Casa del Migrante ‘Nazareth’, en donde reciben atención, orientación, apoyo y alimentación, luego de días semanas y en algunos casos, meses de travesía desde Centroamérica y a través de México, para llegar a esta frontera como un descanso.

“Pido una oración para los migrantes y sus familias, y para que lleguen sanos y salvos a su destino en Estados Unidos, en donde al igual que en México, sufren de vejaciones y peligros”, les dijo el sacerdote.

Luego de esta misa, los migrantes, un grupo de laicos e integrantes de la pastoral social y del migrante, se reunieron sobre la calle Ocampo y de allí enfilaron hacia la calle Bravo, desde donde iniciaron una caminata de un kilómetro aproximado, hasta llegar al monumento al paisano, ya emblemático para esta celebración que se realiza año tras año.

Durante el trayecto que duró cerca de media hora, el padre Francisco Pellizari, director interino de la casa del Migrante, a través de un altavoz explicaba a los transeúntes el panorama real por el que atraviesan esas personas que dejan sus hogares y sus familias, para internarse en un país extraño en busca de lo que se llama ‘El Sueño Americano’, y que en ocasiones se convierte en pesadilla.

El pequeño grupo integrado por unas 50 personas caminó bajo un tímido cielo medio nublado pero con un calor en ocasiones sofocante; algunos portaban las banderas de Guatemala, El Salvador, Honduras y México, países hondamente golpeados por crisis económicas, políticas o ambas, y que son expulsores de migrantes hacia Estados Unidos.

Al llegar al monumento al paisano, que ese encuentra en el cruce de la calle 20 de Noviembre y el bulevar Colosio, laicos, migrantes, periodistas y curiosos, se aprestaron a escuchar la misa que sería celebrada en ese lugar en honor a los migrantes.

Allí el sacerdote habló de las penurias, del sufrimiento, de los riesgos y de la esperanza de llegar a su destino, e hizo una semblanza de Jesús como peregrino que fue, con los migrantes que día a día llegan a esta ciudad con la esperanza de cruzar el río Bravo y poder trabajar para sostener a sus familias que en ocasiones se encuentran a miles de kilómetros de esta frontera.

Al filo del mediodía la misa y el peculiar homenaje terminaron, y una vez más los migrantes alimentaron la esperanza de poder cruzar el río a salvo, aunque otros retornarán a sus lugares de origen.

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