Reynosa Tamps….En su autismo político y social que lo dominó durante el sexenio que está por concluir. Al presentar su último informe de gobierno. Egidio Torre Cantú se cubrió de autoelogios y reconocimientos. Reconociéndose como el gran “estadista” y forjador del desarrollo y progreso en la entidad. Aunque el desdén con que fue tratado por la clase política y empresarial y el desprecio del panismo que se alista a tomar los hilos del poder en la entidad que brillaron por su ausencia en el evento en Palacio Legislativo. Nada de ello impidió que Egidio se llenara de gloria fatua y se declarara el mismo prócer de la democracia y salvaguarda de los tamaulipecos.
Sometidos los diputados locales se rindieron al final al poder y control de Torre Cantú a quien recibieron en la sede legislativa con honores y lo llenaron de elogios y lisonja. Tal como se describe en el comunicado del Congreso, en donde el diputado local Ricardo Rodríguez García dijo.- La ciudadanía tamaulipeca nos ha dado un claro mensaje, la imperante necesidad de seguir uniendo fortalezas al margen de los colores partidistas, para sacar adelante a Tamaulipas-, expresó.
“Expresamos también nuestro más sincero reconocimiento a la gran labor desempeñada por la Señora María del Pilar González de Torre, a favor de las personas más vulnerables de nuestra entidad, gracias y muchas felicidades”, mencionó.
Dijo que hoy la alternancia política invita a buscar las convergencias necesarias para lograr los acuerdos que permitan seguir construyendo un mejor Estado, por lo que deberán trabajar por encima de las diferencias consustanciales a su pluralismo, inspirados por el interés superior de Tamaulipas.
En su intervención Egidio Torre nunca concedió ningún espacio para la autocrítica, mucho menos para conocer sus yerros en el ejercicio del mandato gubernamental a pesar de que desde las tribunas era observado con rencor y molestia por lo que califican como “traición” al último proceso electoral, en donde el PRI perdió su hegemónico poder en Tamaulipas.
No hubo culpa ni error alguno que el mandatario estatal concediera en lo personal en su desempeño, el cual el mismo cubrió de adjetivos positivos al agradecer el haber “servido a los tamaulipecos”, jamás reconoció derrotas, errores o desatinos en su actuar como gobernador, solo aciertos, avances, logros y desarrollo que hereda a quienes habrán de iniciar el nuevo gobierno a partir del 1 de octubre. Que por cierto brillaron por su ausencia en la despedida de Egidio.