Los extravagantes “desayunos-almuerzos” de las élites extranjeras en sus países de residencia

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Robyn nació en Escocia, y hace dos años se mudó a Dubái para trabajar en la industria petrolera, ciudad donde estos desayunos tardíos parecen estar a la vuelta de cada esquina.

“Es imposible estar en Dubái y no ver o escuchar un comercial anunciando un brunch”, comenta.

Para ella, el atractivo de estas ocasiones culinarias consiste en que son una oportunidad para compartir con amigos, así como para consentirse con apetitosas comidas y bebidas, en un ambiente sofisticado de hoteles lujosos.

“Es una actividad favorita en esta ciudad. Tan pronto llegas, es seguro que te invitarán a uno”, explica Robyn.

La llamada “Ciudad de Oro” es una de muchas capitales en el mundo donde se congrega un gran número de inmigrantes en trabajos ejecutivos.

Usualmente estas comidas se sirven en hoteles cinco estrellas y en los restaurantes más exclusivos de la ciudad.

Por lo general, estos son eventos que incluyen entretenimiento en vivo y la entrada puede costar unos US$800 por persona.

Escenario social

Muchos de los profesionales que viven en el exterior y que ganan altos ingresos residen en lugares donde no tienen una familia grande o amigos de la infancia.

En ciudades globales, con enormes comunidades de expatriados como Dubái, Hong Kong, Singapur o Bombay, estos lujosos almuerzos se transforman en una plataforma ideal para conocer personas, relacionarse y dejarse ver.

Y en ciudades como Dubái, donde estas ocasiones culinarias presentadas como en ningún otro lugar, se convierten en una forma de evadir las estrictas regulaciones sobre el licor, pues la mayoría de los locales tienen avisos que que los anuncian como libres de consumo alcohólico.

Fiesta movible

Monica Metzger, italiana con casi 10 años de residencia en Dubái, cuenta que desde que ella está en la ciudad estas comidas se han transformado en eventos más elaborados.

“Los primeros a los que asistí eran pequeños, centrados en un bufé y bebidas gratis por un precio general por persona. Carecían de una atmósfera particular… y una vez que se acababa el bufé, la gente se iba a casa”, dice Metzger.

Sin embargo, en los últimos años se transformaron en verdaderos eventos.

Algunos tienen delicias preparadas por los mejores chefs internacionales, acompañadas de buen vino.
Otros son espectáculos completos con circos itinerantes, actividades para niños y bandas en vivo.

A veces, los comensales se quedan para fiestas ofrecidas después de la comida, que duran hasta las primeras horas de la mañana siguiente.

Adrian John, fundador y editor del directorio online Mr & Mrs Brunch Emiratos Árabes Unidos se mudó a Dubái desde el Reino Unido hace ocho años.

Ha experimentado almuerzos de este tipo en muchos países, pero “Dubái realmente lleva la experiencia de la glotonería gastronómica a los niveles más altos”, comenta.

De hecho, John opina que estas experiencias forman parte fundamental en la vida de un expatriado.

“Simbolizan el rito que vive cada extranjero en su inserción en una nueva comunidad, y son perfectas soluciones para celebrar cumpleaños, bodas o para introducir a los recién llegados en los círculos sociales de la ciudad a la cual esperan pertenecer”.

“Es preferible la solidaridad entre compañeros inmigrantes, a vivir en una tranquila soledad o con pensamientos recurrentes sobre el hogar que dejaste”.

¿Se pueden pagar?

Los lujosos “desayunos-almuerzos” vienen con cuentas importantes.

Los que incluyen consumo ilimitado de alcohol pueden llegar a costar varios cientos de dólares.

En Bombay, el hotel J. W. Marriott ofrece uno de los almuerzos más sofisticados de la ciudad a un costo de US$60.

Esto es en un país cuyo ingreso anual promedio es de US$616, de acuerdo con la encuesta Gallup de 2013.

El menú contiene platos de todos los continentes, champaña ilimitada y vinos de todo el mundo.
La clientela incluye a las personas más adineradas de la ciudad, que pasan varias horas allí los domingos.

En Hong Kong, un local llamado Mercedes Me, mitad concesionario de Mercedes-Benz mitad restaurante de tapas, presenta una oferta culinaria basada en cocina japonesa, peruana y española, más postre, por US$75. Si deseas champaña ilimitada, le sumas US$40 a la cuenta.

Los opulentos “desayuno-almuerzos” en Dubái usualmente se sirven los viernes, dado que en muchos países islámicos los fines de semana son de viernes a sábado, donde el viernes el día de oración.

En esta ciudad, estas experiencias culinarias alcanzan otro nivel.

Por ejemplo, en el hotel Westin Dubai Mina Seyahi cuesta US$180, e incluye consumo ilimitado de alcohol, estaciones de cocina con chefs que preparan los platos a gusto del consumidor, magos, acróbatas y “pinta caritas” para los niños.

En el extremo más alto de la escala se encuentra el restaurante de comida marina Pierchic, con un costo de US$800 por comensal.

Y aun cuando los precios pueden sonar elevados, no les faltan clientes a estos locales.

“Si ordenas platos y bebidas del menú por separado, te va a costar muchos más que el precio por paquete que pagas por el brunch. La diferencia se aprecia mucho sobre todo en Dubái, donde el precio de las bebidas alcohólicas en muy alto”, explica Metzger.

Si bien los paquetes salariales anuales de los inmigrantes de posición ejecutiva se han reducido en los últimos años, todavía cuentan con generosas compensaciones.

Por ejemplo, según la firma ECA International, el paquete promedio para un expatriado que ocupe un cargo gerencial medio en Hong Kong es de US$266.000, el cuarto más alto en la región asiática del Pacífico.

En Singapur, esta cifra se ubica en US$239.000, y en India tienen un promedio de US$293.000.

No obstante, la clientela de estos eventos gastronómicos no solo se compone de inmigrantes. Un sector de la población local también los disfruta.

En Bombay, la capital financiera de India y la más rica del país, hay 46.000 millonarios y 28 multimillonarios, reporta una encuesta de New World Wealth, realizada este año.

Consideraciones culturales

Los “desayuno-almuerzos” en Dubái son una oportunidad para descubrir el mapa de los distritos de la ciudad, y sus regulaciones sobre las bebidas alcohólicas.

Los musulmanes tienen prohibido beber licor en Dubái, y los que no practican esta religión solo pueden hacerlo en algunos locales.

Por ello, estos eventos gastronómicos brindan espacios seguros para beber, teniendo en cuenta que es algo ilegal si se hace fuera de las instalaciones del hotel.

Muchos expatriados afirman que esta actividad no formaba parte de sus rutinas durante los fines de semana en sus respectivos países, donde solían tener reuniones con amigos o familiares alrededor de comidas en un ambiente más íntimo.

“Esta es una forma muy fácil para conocer personas… y puedes formar nuevos grupos de amigos rápidamente”, señala Nicola Duncan, quien se mudó a Dubái hace unos cuatro años.

Duncan comenta que la mayoría de los inmigrantes prefiere ir a un desayuno-almuerzo que tomar el té o ir a una cena lujosa.

“Si te ofrecen consumo ilimitado de cocteles, más platos sofisticados y un ambiente divertido… es una decisión muy lógica”.

Fuente:
BBC.co.uk

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