Entre sueños de colores e historias: catrina en la historia

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La sátira y elocuencia con la que los mexicanos vemos la vida o la muerte, quedó materializada hace más de 100 años con uno de los grabados más famosos de José Guadalupe Posada: La Catrina.

Posada nació en Aguascalientes, comenzó su historia artística a los dieciséis años en el taller profesional de Trinidad Pedroso, aquí aprendería y perfeccionaría su técnica en la litografía. Posteriormente, comenzó a publicar sus viñetas en periódicos nacionales como “El Jicote” (1871), en las que plasmaba acontecimientos de la vida nacional a modo de crítica, sobre todo, los que se enfocaban a los distintos estratos sociales. A partir de esa fecha se convirtió en un personaje destacado dentro de la prensa gráfica.

Fue precisamente, la clase alta en México, la que inspiró al hidrocálido a elaborar a la calavera Garbancera, adjetivo que se le daba a las personas de origen indígena que negaban su posición y pretendían lucir como españoles, por ahí del siglo XIX y principios del XX.

Aunque Posada usaba al huesudo personaje para retratar escenas en pulquerías o en tertulias nacionales, fue el pintor Diego Rivera el encargado de popularizar a la garbancera, al ser una de las protagonistas del mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”; Rivera tomó la imagen de Posada, pero le agregó la indumentaria que alude a los elegantes catrines.

Actualmente, la Catrina es imagen representativa del Día de Muertos en México; igual la vemos en las ofrendas, en papel picado, convertida en chocolate o en los rostros de cientos de personas que homenajean, cada noviembre, a los que se adelantaron.

fuente
https://www.elsoldeleon.com.

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