Castigo ejemplar

Sin lugar a dudas es lo que hace falta a cientos –miles- de personas que no tienen idea de qué son los servicios de emergencia y quien los maneja, cuánto cuestan y el objetivo de éstos: los miles de casos de gente sin escrúpulos ni quehacer que pasa hablando al 911, teléfono de emergencias, no nos deja mentir: 88 por ciento de las llamadas recibidas en un año, son producto de bromas, y únicamente un doce por ciento son para lo que fue unificado este sistema y forma de reportar todo tipo de contingencias.

Es por ello que el gobierno de Tamaulipas envió al Legislativo una iniciativa para cambiar algunas partes del Código penal y la Ley de Protección Civil, y se incrementen las sanciones para los “chistositos” que usan el 911 para entretenerse.

Más datos: los “bromistas”, que podríamos llamarles de otra flrma más justa, pero impublicable, son, de la zona conurbada Tampico-Madero-Altamira, el 35 por ciento; Matamoros aporta el 21.1 por ciento de bromistas, y Reynosa el 18.7; Nuevo Laredo colabora con 11.6, Victoria con 10.9 y Mante con 2.2 por ciento.

El gobierno nos hace saber que las relacionadas con servicios de seguridad ascienden a 186,518 llamadas, por 55,955 de atención médica, 21,447 de protección civil y 37,728 por cuestiones relacionadas con servicios públicos.

Y es cuando pensamos en la millonaria cantidad que costó el instrumentar este programa para tener reportes inmediatos y a tiempo, para que un grupo de retrógradas nos echen a perder todo, y haya necesidad de perder más tiempo para ubicar la señal y todo lo que concierne a asegurarse que no hagan viajes en balde.

No tenemos idea de lo que cuesta movilizar a una ambulancia: el costo de la unidad y su mantenimiento y depreciación, mas lo que cuesta mover a la gente que va con ella, implica una erogación que alguien lleva a cabo, y que tenemos que pensar que, siendo una nación en crisis, no podemos darnos el lujo de perder recursos, menos, a costa de engañar con un ase ricio pensado en emergencia en beneficio de millones.

Siempre hemos visto llamadas estúpidas de esta naturaleza y siempre se ha condenado el que se hagan y los padres no estemos pendientes de lo que podrían hacer nuestros hijos en ausencia, pero como todo en la vida: si estamos al cuidado de ellos y si se les inculca adecuadamente un espíritu solidario, cívico, de colaboración y honestidad, n estarían haciendo esas llamadas, de ello estamos seguros.

Y es cuando esperamos que los señores legisladores hagan su trabajo y cumplan a la ciudadanía: hace falta un ejemplar castigo para quien infrinja leyes. Entendemos que en muchos casos el problema es que cualquier delincuente sale por cualquier monto de suma y porque le quitan sin chistar meses o años de castgo en prisión, supuestamente, por el respeto a sus derechos humanos.

Quien piensa así no ha reflexionado sobre el costo que tiene la broma y el distraer recursos para casos emergentes, o no ha entendido que ellos, Los que acuden, lo hacen con una rapidez tal que ponen en peligro su existencia.

Muchas cosas no han pensado y entendemos que puede ser peligroso, por ello, somos de la idea de que los pagos de multa deben ser inflexibles y por muchos ceros en el importe de éstas, de forma que, cuando uno llegue a caer en ese aspecto, no le queden ganas de volver a hacerlo.

Hay quien piensa que las multas deben ser de bajo monto porque la población no tiene dinero; pensamos que, si usted no viola la ley, no tiene acciones fuera de la legalidad, no tiene por qué pagar ninguna multa. ¿No cree?

Entonces, esperamos que el Congreso pueda aprobar este incremento, que sea elevadísimo y que con ello aprendamos los que no lo hemos hecho, que si no cooperamos en la comunidad todos los que en ella habitamos, nada puede hacer una autoridad, por mucho que tenga en sus proyectos y planes.
Participación ciudadana con responsabilidad, la clave del éxito, pensamos.
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