ero ahora una le “empató” al Sol el récord del mayor níºmero de acompañantes.
Lo lograron utilizando un algoritmo de inteligencia artificial que buceó entre una enorme cantidad de datos reunidos por el telescopio espacial Kepler, lanzado en 2009 para “cazar” planetas extrasolares (por la disminución del brillo de su estrella cuando pasan por delante) y que terminó de detectar posibles candidatos en 2013.
En el futuro, este mismo sistema se aplicará a los datos de más de 150 mil estrellas registradas por el telescopio Kepler. “Orbita a la estrella tan cerca, que un año es el equivalente a 14 días de nosotros”, explicó la agencia.
Ni la NASA ni Google prevén dejar fuera del negocio a los astrónomos.
“Este descubrimiento demuestra que los datos enviados por el Kepler serán como un cofre del tesoro, disponible para investigadores en el futuro”, afirmó Paul Hertz, director de la división de Astrofísica de la NASA. El planeta más externo del sistema es el denominado Kepler-90h, el cual orbita a una distancia de su estrella parecida a la que separa a la Tierra del Sol.
Los artífices del avance fueron Christopher Shallue, ingeniero de Google, y Andrew Vanderburg, astrónomo de la Universidad de Texas en Austin.
Los datos de Kepler arrojaron señales de tránsito débiles de un octavo planeta previamente perdido que orbita alrededor de Kepler-90, en la constelación de Draco.
Aunque tiene algunas coincidencias, los científicos no creen que existan altas probabilidades de que Kepler-90i albergue vida.
La NASA calculó su temperatura promedio a aproximadamente 800 grados Fahrenheit (426 grados Celsius), tan caliente como Mercurio, el planeta más cercano al Sol. Este, el Kepler-80g, es del tamaño de la Tierra, y cuatro de sus planetas vecinos forman lo que se llama una cadena resonante, donde los planetas se bloquean por su gravedad mutua en una danza orbital rítmica. El resultado es un sistema extremadamente estable, similar a los siete planetas en el sistema TRAPPIST-1, el lote más grande de planetas descubiertos que son del tamaño de la Tierra, con una zona habitable alrededor de una estrella. Kepler-90 es una estrella similar al Sol, ubicada a unos 2,545 años luz de nosotros.
“Obtuvimos muchos falsos positivos de planetas, pero también planetas potencialmente más reales”, apuntó Vanderburg. “Me interesé en la astronomía y en la bíºsqueda de exoplanetas cuando me enteré de la enorme cantidad de datos que había reunido el telescopio -contó durante la conferencia-“.
En concreto, el sistema identificó el 96% de las veces en que ocasiones las señales correspondían a planetas y en cuales no. La máquina tardaba alrededor de seis horas para estudiar cada una.
El trabajo de investigación que informa de estos hallazgos ha sido aceptado para su publicación en The Astronomical Journal.
Kepler-90i no fue la íºnica joya que esta red neuronal cernió.
La Inteligencia Artificial está en todos lados, pero ahora ha salido de los confines de nuestro Sistema Solar.
fuente
http://mundoaguaysaneamiento.net