Revoltijo mexicano

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œYo también soy ecléctico, dijo el basurero a la ensaladera. La frase es de JOSí‰ BERGAMIN, poeta, ensayista y dramaturgo madrileño quien, con saludable humor, parece advertirnos que no todas las mescolanzas son buenas.
El eclecticismo intenta conciliar (segíºn la Real Academia) diversidad de actitudes, doctrinas y sistemas de pensamiento. Toma de aquí­ y allá.
A ratos parece que combina bien y ello nos remite al contenido fresco de una buena ensalada. Aunque en otros casos simplemente empalma elementos para formar un mazacote nauseabundo, donde las partes no embonan ni de chiste.
La reflexión viene a cuento hoy que observamos a los tres principales aspirantes a la presidencia respaldados por coaliciones de afinidad poco creí­ble.
Al menos como votantes tendrí­amos el derecho a poner en tela de juicio dichas mixturas hoy fincadas tras los respectivos proyectos de MEADE, ANAYA y Lí“PEZ OBRADOR.
Ya es preocupante que los tres hayan perfilado sus inminentes candidaturas sin adversario interno a la vista. Sin competencia.
A esto habrí­a que añadir la variopinta combinación de fuerzas que conforman sus coaliciones.
En el primer caso, un ciudadano sin partido (MEADE) con experiencia en dos gabinetes del PAN, es abanderado por el PRI, aunque muy cercano a cinco figuras presidenciales de origen diverso. Los tricolores SALINAS, ZEDILLO y PEí‘A, los panistas FOX y CALDERí“N.
Que además lo apoye el partido emanado del charrismo magisterial (PANAL) parece explicar la concesión otorgada de manera simultánea a su más preclara exponente, la maestra GORDILLO, cuyo primer tributo fue la concesión del arresto domiciliario.
Más diverso todaví­a el segundo grupo. De origen prií­sta, RICARDO ANAYA se mudó en edad temprana al Partido Acción Nacional donde hizo carrera hasta convertirse en dirigente máximo.
Ahora está siendo impulsado por una alianza donde participa una organización formalmente de izquierda, el PRD, que tres veces postuló a su fundador CUAUHTEMOC CíRDENAS (1988, 1994 y 2000) y las dos siguientes al propio Lí“PEZ OBRADOR (2006, 2012).
Haciendo funciones de engrudo (goma, adhesivo) se añade un pequeño membrete de centro, Movimiento Ciudadano (MC), fundado y dirigido por el exgobernador prií­sta de Veracruz DANTE DELGADO.
Detalle revelador, desde sus primeros discursos, ANAYA se ha venido deslindando de los dos exmandatarios nacionales emanados de su partido: FOX y CALDERí“N.
Sin duda porque VICENTE apoya a MEADE y la esposa de FELIPE fue rival de RICARDO en la disputa interna por la nominación.
Al foxismo, ANAYA reconoce las reformas en materia de transparencia y acceso a la información, así­ como el seguro popular. Al calderonismo, su inversión en infraestructura.
A los dos, sin embargo, les reprocha la subsistencia de lo que denomina œpacto de impunidad con el PRI y el no haber desmantelado las estructuras clientelares del viejo sistema polí­tico.
Una tercera coalición heterodoxa de fuerzas es la que encabeza ANDRES MANUEL desde MORENA. A la conocida alianza con el Partido del Trabajo (PT) recién se incorpora el Partido Encuentro Social (PES).
Membrete cercano a las congregaciones evangélicas del paí­s y señalado por sus posturas ultraconservadoras, contrarias a las banderas liberales que la izquierda ha defendido por años como la equidad de género, el control natal y el respeto a la diversidad sexual.
Más cuando en fecha reciente, el propio AMLO rechazó de manera tajante cualquier acuerdo con los partidos de œla mafia del poder, señalando entre ellos al propio PES.
México avanza, pues, hacia una confrontación de tres corrientes eclécticas, aunque resta todaví­a por observar su desempeño en campaña y con ello tomar nota del éxito o infortunio de cada alianza. Atestiguar, pues, si son basureros o ensaladeras.

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