La fecha es especial para casi todos: algunos la denostamos y pensamos que es œun día más, pero la verdad es que sí tiene impacto en nuestra existencia.
Para la Iglesia y el mundo, estamos recordando el nacimiento de Jesucristo en aquel paraje bíblico de Belén, con todo lo que la tradición implica, y que habla de los Reyes Magos y sus regalos maravillosos, y el significado de los animales y más en aquel pesebre en el que llegó el hijo del hombre y todo lo demás.
Pero, para nosotros, mortales normales y comunes y corrientes del siglo veintiuno, que habitamos uno de los sitios más peligrosos del planeta, ¿Qué significa este día?
Entre nuestros amigos y conocidos hemos encontrado diversos significados, positivos y negativos, y preferimos quedarnos con los que nos alimentan y fortalecen que con los destructivos y pesimistas, y para estos íºltimos entregamos un halo de esperanza porque puedan cambiar su actitud y su forma de ver las cosas, y disfruten la navidad de la forma en que todos quisiéramos, encontrando al menos a partir de hoy momentos de alegría y felicidad, de tranquilidad y paz.
Y en los optimistas, los amigos, los que nos entregan su amistad, su cariño y afecto, su comprensión durante todo el año, solo podemos compartir con ellos un sentimiento de amor, de esperanza y deseos por los que pasen aspectos positivos.
A nuestras autoridades quisiéramos desear cosas buenas, aunque hay motivos para no ser tan optimistas, sin embargo hemos de ser positivos y dar ese beneficio de la duda, esperando que todo mejore para todos: que en la entidad podamos vivir mejor, que haya más empleo y salud, que la educación cambie y mejore más aíºn, que la Universidad siga levantando su calidad y prestigio y sea reconocida por los tamaulipecos por lo que es y no por malas opiniones que no se apegan a la realidad, y que nuestros políticos de todo partido, cargo, puesto y nivel mejoren sus relaciones con los gobernados y administrados, para que entonces la entidad brava y norteña del noreste mexicano levante sus indicadores de productividad, economía, socialización y más, y sigamos sintiéndonos orgullosos de este punto del mundo donde solo los tamaulipecos tenemos el gusto de disfrutar.
Que en familia podamos ser mejores cada día: que cada uno de los miembros de este pequeño y trascendente grupo social seamos capaces de encontrarnos y entregarnos entre nosotros, para ayudarnos y apoyarnos de forma tal que encontremos mejores expectativas.
Que nuestros proyectos se conviertan en realidades y dejemos de ser soñadores para convertirnos en triunfadores.
Que los propósitos de año nuevo se conviertan en realidades vigentes y reales, y que la felicidad llegue en cada momento a cada uno de nosotros en la forma en que sepamos buscarla, ubicarla, tratarla, trabajarla y disfrutarla.
Que la salud sea para todos y encontremos apoyos para mejorar nuestra calidad de vida, y que haya motivos para sentirnos orgullosos por cuidar este cuerpo que el Creador ha dispuesto para cada uno de nosotros, y lo hayamos empleado bien y formalmente para lo que era.
Que la paz llegue a cada corazón tamaulipeco, y que la envidia se aleje de nuestros centros de trabajo y escolares, y que esas personas que solo llegan para envenenar corazones y hacer grilla para perjudicar a los demás, encuentren tranquilidad moral y espiritual y mucho pero mucho trabajo para que éste no les de el tiempo que ocupan en destrozar a los demás.
Que el odio de esas personas se convierta en paz.
Que quien gusta de destruir al próximo sea bueno una vez más.
Y que todos gocemos de una natividad alegre, feliz, en paz y con salud, con mucho amor y todo lo que el Ser Supremo nos pueda orecer, regalar, pero sobre todo, que sepamos recibir y aprovechar en bien de los demás.
Feliz Navidad a todos, con el corazón en la mano.
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