Deshidratación, un riesgo grave de la “ola de la calor”

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La deshidratación ocurre cuando el cuerpo no tiene tanta agua y lí­quidos como es necesario.

Puede ser leve, moderada o grave, segíºn la cantidad de lí­quido corporal que se haya perdido o que no se haya repuesto. La deshidratación grave es una emergencia que pone la vida en peligro.

Una persona se puede deshidratar cuando pierde demasiado lí­quido, no toma suficiente agua o lí­quidos, o ambos.
El cuerpo diariamente pierde agua, a través de la orina, el sudor, los mocos y lágrimas. Esto puede incrementarse cuando se presenta sudoración excesiva por calor o por ejercicio, fiebre, vómitos o diarrea o por orinar demasiado durante el dí­a.

Los adultos mayores y las personas con ciertas enfermedades, como la diabetes, también corren un mayor riesgo de presentar deshidratación.

Los principales signos de deshidratación leve o moderada: son sed, boca seca o pegajosa, no orinar mucho, orina amarilla oscura, piel seca y frí­a, dolor de cabeza y calambres musculares.
los signos de deshidratación grave: No orinar u orina amarilla muy oscura o de color ámbar, piel seca y arrugada, irritabilidad o confusión, mareos o aturdimiento, latidos cardí­acos rápidos, respiración rápida, ojos hundidos, apatí­a, Shock (flujo sanguí­neo insuficiente a través del cuerpo), inconsciencia o delirio.

La forma de saber si una persona está deshidratada es checando la presión, cuando esta baja, pero además cuando la punta de los dedos está blanca y ante una leve presión no retoma el color rosado, cuando la piel es menos elástica, es decir, cuando se le pellizca formando un pliegue y este no se estira de inmediato, cuando la frecuencia cardí­aca es rápida.

Para tratar la deshidratación: Hay que administrar sorbos de agua o chupar cubitos de hielo y de preferencia tomar agua o bebidas que contengan electrólitos. En casos graves, sobre todo en niños es necesario la hidratación por ví­a intravenosa, en un hospital

La deshidratación grave que no se trata puede ocasionar la muerte, daño cerebral permanente y/o convulsiones.

Son señales de alarma cuando:

La persona pierde la conciencia en cualquier momento.
Hay algíºn otro cambio en la lucidez mental de la persona (por ejemplo, confusión o convulsiones).
La persona tiene fiebre de más de 38.8°C.
Se notan sí­ntomas de insolación (como pulso acelerado o respiración rápida).
El estado de la persona no mejora o empeora a pesar del tratamiento.
Cuando al llorar no se presentan lágimas.
Para prevenir la deshidratación:

Tome mucho lí­quido todos los dí­as, incluso cuando esté bien de salud. Beba más cuando el clima esté cálido o si está haciendo ejercicio.
Si alguien en la familia está enfermo, preste atención a la cantidad de lí­quido que puede beber. Preste especial atención a los niños o a los adultos mayores.
Cualquier persona con fiebre vómitos o diarrea debe tomar mucho lí­quido. NO espere a que aparezcan los signos de deshidratación.
Mantenerse en lugares frescos y a la sombra. Evitar permanecer dentro de un auto mucho tiempo
Utilizar ropa ligera, sombreros o gorras.
No dejar de dar lactancia materna a niños menores de 6 meses.

Fuente:
cronica.com.mx

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