Modelos con impresión tridimensional son apoyo para los cirujanos

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De acuerdo con el Doctor Karthik Bzalakrishnan, especialista en Otorrinolaringologí­a Pediátrica de Mayo Clinic en Rochester, cada vez se vuelve más comíºn recurrir a los modelos obtenidos a través de impresiones tridimensionales para prepararse y planificar una cirugí­a. Estos modelos de tamaño real y especí­ficos a un paciente, pueden ser muy valiosos para los cirujanos, a medida que deciden cuáles métodos y técnicas serí­an mejores para una determinada cirugí­a. Los modelos son particularmente íºtiles en procedimientos raros, complejos o quizás nuevos. Estos modelos tridimensionales también desempeñan una función importante en la educación.

Los modelos son creados por una impresora que toma la información de las exploraciones por imágenes de los pacientes, como tomografí­as computarizadas y resonancias magnéticas, para luego, capa por capa, producir un modelo tridimensional de la anatomí­a del paciente. El material de los modelos, normalmente, es plástico o algíºn tipo de polí­mero. En algunos casos, los modelos tridimensionales se crean con material blando para que los cirujanos practiquen la técnica quiríºrgica primero en el modelo, método que aporta más exactitud al realizar el procedimiento mismo.

¿Cuáles son los beneficios de los modelos 3D?

El tamaño real de los modelos tridimensionales permite recrear la anatomí­a personal de cada paciente. Esto ofrece a los cirujanos la oportunidad de sostener con las manos y rotar los modelos para entender mejor cómo posicionar al paciente en la mesa quiríºrgica durante la operación y determinar dónde deben hacerse las incisiones quiríºrgicas. Además, hace posible que los cirujanos vean si hay otros métodos quiríºrgicos diferentes, en los que quizás no pensaron o no consideraron factibles, cuando estudiaban el caso con las imágenes bidimensionales tradicionales. Al examinar los modelos tridimensionales, a menudo, se encuentran ciertas peculiaridades de la anatomí­a del paciente que alteran el rumbo de la cirugí­a.

Por lo general, esta tecnologí­a se aplica en las cirugí­as que involucran la cabeza y el cuello, y es especialmente íºtil para planificar una reconstrucción compleja de la cara o de las ví­as respiratorias. Los modelos tridimensionales también se vuelven más comunes en otras cirugí­as diferentes, entre ellas, de corazón y pulmón, de reconstrucción articular y de resección tumoral.

Los modelos tridimensionales también desvanecen algunas incertidumbres que, de otra manera, serí­an parte del procedimiento quiríºrgico, y el hecho de tener estos modelos facilita la comunicación entre el equipo quiríºrgico. Los modelos tridimensionales también pueden servir como medios de enseñanza para quienes se capacitan quiríºrgicamente y como ayuda para instruir al paciente, porque antes de someterlo a una cirugí­a, se le puede enseñar el modelo tridimensional de su anatomí­a. Ver un modelo anatómicamente correcto de su estructura interna le ofrece al paciente una idea mejor de qué sucederá durante la operación.

¿Cuáles son los inconvenientes?

El proceso de impresión, es lento y puede resultar caro. Un modelo pequeño puede demorar 4 a 6 horas para estar listo y un modelo grande y complejo puede requerir hasta 24 horas. Cuando se usan estos modelos, también hay que contar con más tiempo para planificar y preparar el procedimiento quiríºrgico, antes de llevarlo a cabo. No todas las organizaciones de atención médica tienen los recursos necesarios para ofrecer impresiones y modelos tridimensionales, aunque a medida que transcurre el tiempo, la tecnologí­a se vuelve menos cara y más accesible. Sin embargo y de manera general, el potencial de los modelos tridimensionales de mejorar los resultados quiríºrgicos es amplio y excede con creces a los inconvenientes.

El futuro de esta tecnologí­a

Algíºn dí­a, ojalá sea posible aplicar habitualmente esta tecnologí­a para no solo producir modelos de la anatomí­a del paciente, sino también para fabricar estructuras a medida que puedan implantarse dentro de los pacientes durante las cirugí­as. Por ejemplo, una impresora tridimensional puede fabricar un estent que encaje con precisión dentro del corazón de un paciente, o producir una sonda endotraqueal hecha a medida para un paciente que necesita ayuda respiratoria a largo plazo. Al respecto, existen pocos informes sobre casos de estent con impresión tridimensional; pero en otros casos, la tecnologí­a tridimensional ya ayuda a fabricar articulaciones artificiales y otros implantes personalizados. En resumen, el futuro de la impresión tridimensional en el campo quiríºrgico luce bastante esperanzador.

Fuente:
cronica.com.mx

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