Estas son las razones por las que nos sentimos cansados a pesar de dormir el tiempo suficiente

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En ocasiones, puede ocurrir que, a pesar de que dormimos la cantidad de horas recomendadas por noche, al dí­a siguiente seguimos sintiéndonos cansados. En otras palabras, experimentamos fatiga y somnolencia diurna, a pesar de que por las noches nos aseguramos de dormir las siete u ocho horas recomendadas por la ciencia.

Son muchos los factores que pueden explicar este fenómeno; entre los más comunes están una dieta de baja calidad, exceso de estrés, entre otros. Revisemos cada uno de ellos

La calidad del sueño es casi tan importante la cantidad de horas que dormimos
Además de la cantidad de horas de sueño, la calidad de sueño también es importante; en este sentido, las siete u ocho horas recomendadas solo son una orientación, pues depende de las necesidades de cada persona. De hecho, el problema pudiese ser el estar durmiendo demasiadas horas; al respecto, se ha demostrado que un exceso de horas de sueño también puede producir fatiga y otros problemas asociados a la falta de sueño.

Adicionalmente, debemos tener en cuenta que nuestras cantidades necesarias de sueño cambian a medida que envejecemos. Por otro lado, otra cosa que pudiese estar ocurriendo es despertarse a mitad de ciclos de sueño; lo ideal es despertarse entre ciclos de sueño, pues cuando se interrumpen, es más probable sentir cansancio e irritabilidad.

Para mejorar la calidad de sueño, las recomendaciones giran en torno a apagar los aparatos electrónicos, crear rutinas de sueño, evitar los estimulantes antes de acostarse y aprender prácticas de relajación y meditación.

Nuestra dieta puede estar perjudicando nuestro sueño

Otra posible causa de este fenómeno gira en torno a la dieta; nuestra energí­a diaria proviene de los alimentos que consumimos, por lo que, al igual que un carro al que le falta gasolina, si no comemos bien, no tendremos energí­a suficiente.

Hay alimentos que nos dan más energí­a que otros, en atención a sus cantidades de carbohidratos y azíºcares; por ejemplo, los productos de panaderí­a son una gran fuente de energí­a. Sin embargo, debe prevalecer una dieta balanceada y equilibrada. Al respecto, diversas investigaciones han demostrado que las dietas altas en grasa pueden producir somnolencia diurna y disminuir los niveles de atención; por otro lado, se ha observado que una mayor ingesta de carbohidratos se relaciona a mayores niveles de alerta.

Fuente
www.tekcrispy.com

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