
Un profesor estadounidense de geología, Stephen Rowland, descubrió en el parque nacional del Gran Cañón un conjunto de 28 huellas de una “criatura parecida a un reptil”, que fueron dejadas allí hace 310 millones de años. Es decir, en la remota época en que comenzaba a formarse el supercontinente Pangea.
Los rastros fueron hallados en una roca caída, en el trayecto de una ruta de senderismo conocida como Bright Angel Trail. Segíºn el investigador, citado por el portal EurekAlert, se trata del “conjunto de huellas más antiguo jamás descubierto en el Gran Cañón, en un intervalo de rocas que nadie pensó que las tendría”. Agregó que figuran “entre las huellas más tempranas de un reptil en la Tierra”.
Desde el principio, Rowland observó una peculiaridad en el hallazgo. Segíºn hizo notar, su primera impresión fue que “se veían muy extrañas debido al movimiento lateral”. “Parecía que dos animales caminaban lado a lado”, pero esto no se podría esperar de criaturas parecidas a lagartos, “no tendría ningíºn sentido”, dijo.
Al examinar más profundamente las huellas, supuso que el extraño modo de andar de la criatura pudo deberse a que “caminaba con un viento muy fuerte, y este le soplaba de costado”. Otras posibilidades son que la pendiente era demasiado empinada y el animal se hizo a un lado mientras la subía, o que estaba peleando con otro animal, o realizaba un ritual de apareamiento.
Asimismo, el investigador indicó que las huellas pudieron pertenecer a una especie de reptil todavía no descubierta.
Fuente:
RT.com