Un equipo de investigadores liderado por el arqueólogo Roberto Miccichí¨ ha descubierto el secreto que encerraba un inusual entierro del siglo XI en Piazza Armerina (Sicilia, Italia), informa el portal Live Science.
Se trataba de un agujero poco profundo y carente de objetos funerarios con el cuerpo de un hombre de entre 30 y 40 años que yacía boca abajo ”una posición inusual para ese periodo medieval” que habría estado inmovilizado con ataduras.
Tras realizar tomografías computarizada y reconstrucciones en 3D, los investigadores encontraron en el esternón del cadáver señales de arma blanca, probablemente realizadas con un cuchillo o una daga.
Ese objeto habría penetrado en ángulo por la parte superior de la espalda, con lo cual la víctima estaría arrodillada cuando sufrió el ataque y habría muerto con rapidez por la repetida perforación de un pulmón y el corazón. Miccichí¨ considera que el autor de los hechos conocía muy bien la anatomía humana y su objetivo era acabar con la víctima de una manera “muy eficaz y rápida”.
La posición atípica del cuerpo “no sigue ninguna prescripción religiosa”: en la Edad Media, judíos y cristianos enterraban a sus muertos boca arriba, mientras que los musulmanes les ponían sobre su costado derecho.
En esa época, los entierros atípicos reflejaban creencias supersticiosas o indicaban que el difunto era alguien fuera de la ley, lo más probable en este caso. Así, Roberto Miccichí¨ estima que se trataría de un exiliado al que habrían ejecutado.
Fuente:
RT.com