Familia de El Congo huyó de la guerra, pero su llegada a esta ciudad es un Ví­a Crucis

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-Niña dice que su mamá no puede caminar y sufre obesidad mórbida con embarazo.

Nuevo Laredo, Tamaulipas.-A sus 8 años de edad Jaqueline Kemoñanga es una niña africana muy precoz, inteligente e inquieta, por lo que destaca entre las demás niñas y niños que conviven en el alberge AMAR, que dirige el pastor Aarón Mendez.

Habla tan bien el español como su lengua natal, el francés, y lo hace tan fluido que sirve de intérprete para la entrevista que este reportero le hizo a la mamá de la niña, Mami Pungambo, un obesa mujer que circunda los 40 años de edad, pero que se encuentra casi inmóvil debido a una lesión que sufrió en Panamá, al caer de espalda.

Con tan solo dos meses de edad, Mami salió de El Congo motivada por la cruenta guerra que asola al paí­s, y por las amenazas de los grupos rebeldes y de los militares, que por igual arrasan comunidades enteras afectando a la población civil.

œYo tení­a dos meses cuando salí­ de El Congo, y de allí­ Mami, papá y yo salimos en avión rumbo a Ecuador, en donde estuvimos algunos años, y de ahí­ vivimos también en Panamá, Honduras, y Guatemala, para después llegar aquí­, explicó en un fluido español.

En su inocencia, dijo Jaqueline que sufrieron persecución de parte del ejército congolés, por .lo que luego de hacer planes se dirigieron al aeropuerto internacional para comprar el boleto que los trasladarí­a hasta Ecuador.

Desde su caí­da, Mami batalla para caminar, al grado que desde su estancia en esta frontera, siempre está sentada o acostada, en parte por la lesión que le impide moverse con fluidez, y en parte por una obesidad mórbida que ya le afecta las piernas y los pies con hinchazones dolorosas.

Debajo de una escalera hicieron un pequeño hogar provisional dentro del albergue, en donde una colchoneta sirve de cama para los tres, muy cerca de los baños y del comedor, para que a Mami no se le dificulte caminar, y se pueda levantar sin tanto esfuerzo.

Médicos de la ciudad la atienden pero además está embarazada y ello le impide aíºn más poder caminar, por lo que su morbidez aumenta conforme avanza su embarazo y pasa el tiempo, por lo que esposo sale por las mañanas a buscar algo de dinero, mientras son llamados por el gobierno de Estados Unidos para que les den fecha de la tan anhelada cita con un juez norteamericano.

œMi papá está en la calle y sale a pedir ayuda, mientras esperamos la visa humanitaria de Estados Unidos, señaló la pequeña, tras recordar que muchos congoleños salieron el mismo dí­a que ellos, para huir de la inseguridad, las guerras y la pobreza.

Pero una tragedia más les acompaña, y es el que en Panamá fueron asaltados por un grupo de hombres armados que les robó el dinero que traí­an, sus pertenencias y sus documentos de identidad, por lo que no cuentan con nada en este momento.

œNos robaron todo, todo¦y no tenemos nada en este momento: perdimos ropa, perdimos zapatos, perdimos dinero, perdimos nuestros documentos¦todo lo perdimos porque nos lo quitaron, hasta los teléfonos, y eran hombres armados, recordó la pequeña Jaqueline.

El dinero que traí­an consigo fue producto del trabajo de su papa´, que era empleado del gobierno, por lo que el salir de su paí­s le truncó sus estudios de primaria, los que dijo piensa reanudar en caso de que se les permita el ingreso humanitario a Estados Unidos, aunque solo cuentan con el permiso que el Instituto Nacional de Migración les dio en Tapachula, Chiapas.

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