¿Por qué duelen los oí­dos tras ir a la alberca y la playa?

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Por mucho que queramos alejarnos de los dolores o enfermedades durante las vacaciones, la realidad es que al estar en un entorno diferente y expuestos a condiciones ajenas a nuestra rutina, los males aparecen, entre los más comunes: el dolor de oí­do. Te contamos por qué duelen los oí­dos después de ir a la alberca y la playa.

Si vives en la ciudad y tuviste la oportunidad de salir de vacaciones a un lugar donde hay alberca o mar, lo más seguro es que tíº o tus hijos pasen horas nadando para aprovechar al máximo estos dí­as, sin embargo, no es raro que después de largas sesiones sumergidos en el agua, presenten dolor de oí­do. ¿Qué lo causa?

AGUA EN LOS OíDOS
Aunque se manifiesta principalmente como una sensación de tener los oí­dos tapados y œescuchar agua dentro de ellos, también se puede presentar un poco de dolor, algo más comíºn en niños pequeños.

La razón por la que el agua se encuentra ahí­, es porque en lugar de salir tras sumergir la cabeza en la alberca o mar, se queda atrapada entre la cera y el oí­do. Afortunadamente esto no es eterno y suele aliviarse solo con el transcurso de las horas.

Aunque también puedes ayudarle, íºnicamente necesitas poner un paño caliente sobre el oí­do afectado y recostarte en él, de esta forma la cera se derretirá un poco y el agua saldrá. Eso sí­, si después de 24 horas el malestar persiste, consulta a tu médico.

OíDO DE NADADOR
Otra razón por la que puede dolerte el oí­do después de estar en la alberca o la playa, en especial si ya llevas dí­as de vacaciones, es porque contrajiste el oí­do de nadador, también conocido como otitis externa.

Segíºn especialistas de Mayo Clinic, se trata de una infección en el conducto auditivo (desde el tí­mpano hasta la parte externa de la cabeza) producida por el crecimiento de bacterias del agua y la tierra, aunque, con menor frecuencia, también pueden ser responsables los hongos y virus.

Esta enfermedad se produce porque queda agua en el oí­do después de nadar, pero también por meterse los dedos mojados, creando un ambiente propicio para las bacterias, razón por la que es más comíºn durante las vacaciones.

Si además de dolor, tíº o tus hijos sienten comezón, el interior del oí­do se ve ligeramente rojo o notan alguna secreción transparente sin olor saliendo del mismo, acude al médico. Hacerlo es importante porque, de no tratarse, puede empeorar la infección, provocar pérdida auditiva temporal o daño de los huesos y cartí­lagos.

De ahí­ la importancia de secar los oí­dos con una toalla al salir de nadar (sólo por la parte externa) y drenar el agua que haya quedado œatrapada.

Para evitar que lo que puede ser una experiencia increí­ble llena de recuerdos, termine en dolor, no olvides cuidar la higiene y mantener secos tus oí­dos. Se vale disfrutar tus vacaciones, pero también no descuidar tu cuerpo.

Fuente:
excelsior.com.mx

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