¿Debes quitarte los zapatos al entrar a casa? Respuesta: sí­

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Quizá te quitas los zapatos de una patada cuando llegas a casa porque no quieres ensuciar las alfombras o los pisos limpios, o quizá simplemente es reconfortante deshacerte de ellos.

Sin embargo, si te los quitas de manera habitual porque te preocupa que las bacterias nocivas del exterior entren y provoquen que te enfermes, mejor relájate.

Esas preocupaciones son una exageración, de acuerdo con los expertos, quienes agregaron que a menudo ignoramos que existen riesgos a la salud más importantes.

¿Qué hay en tus suelas?

Charles P. Gerba, profesor y microbiólogo de la Universidad de Arizona, estudió cuántas y qué tipos de bacterias se encuentran en las suelas de los zapatos.

En 2008, los investigadores dieron seguimiento a los zapatos nuevos de diez participantes durante dos semanas y hallaron que bacterias coliformes como la E. coli se encontraban comíºnmente en el exterior de los zapatos. La bacteria E. coli provoca infecciones en los tractos intestinal y urinario, así­ como meningitis, entre otras enfermedades.

œNuestro estudio también indicó que los zapatos pueden arrastrar consigo bacterias a lo largo de grandes distancias hasta llegar a tu casa o tu espacio personal, dijo Gerba mediante un comunicado.

(El estudio no se publicó en una revista arbitrada, se realizó con un níºmero limitado de participantes y contó con el apoyo de la empresa de zapatos Rockport, que estaba poniendo a prueba zapatos que pueden meterse a la lavadora).

Gerba dijo en una entrevista este mes que los hallazgos del estudio habí­an provocado que cambiara incluso algunas de sus propias costumbres: œAhora ya no subo los pies al escritorio.

Es poco probable que los zapatos contaminados te enfermen

Es posible transmitir los gérmenes de tu calzado si tocas tus zapatos y después tu rostro o tu cara, por ejemplo, o si comes alimentos que cayeron al piso.

Sin embargo, en la jerarquí­a de posibles riesgos a la salud en casa, los zapatos cubiertos de bacterias plantean una amenaza relativamente menor, de acuerdo con Donald W. Schaffner, microbiólogo de alimentos de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey.

Dijo que hay otras consideraciones más importantes. ¿Hay alguien enfermo en la casa? ¿Hay ranas, tortugas o serpientes que puedan transmitir salmonela? ¿La comida se está almacenando y preparando de manera adecuada?

Las esponjas, que retienen agua y partí­culas de comida, son un œcaldo de cultivo de bacterias, dijo Aaron E. Carroll, profesor de Pediatrí­a de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana en Indianápolis.

Afuera de la casa, hay objetos y superficies que tocamos con frecuencia, pero rara vez o nunca limpiamos, como el dinero, los botones del cajero automático y los surtidores de combustible en las gasolineras, dijo. œEnfocarse en los zapatos de la gente es un poco como fijarse en el vector equivocado, agregó.

En general, los expertos hicieron énfasis en que lavarse las manos con agua y jabón seguí­a siendo la práctica sanitaria más importante.

Lisa A. Cuchara, profesora de Ciencias Biomédicas de la Universidad Quinnipiac en Hamden, Connecticut, dijo que las bacterias fecales en efecto se transmití­an de los zapatos al piso de la casa pero que, œpara la mayorí­a de los adultos sanos, este nivel de contaminación es más una situación asquerosa que una amenaza a la salud.

Para poner la amenaza en perspectiva, señaló que el piso de un baño píºblico tiene alrededor de dos millones de bacterias por cada 6 centí­metros cuadrados. El asiento de un baño, por otro lado, tiene en promedio alrededor de cincuenta bacterias por cada 6 centí­metros cuadrados.

œPiensa en eso la próxima vez que coloques tu bolso o tu mochila en el piso del baño y después lo lleves a casa y lo pongas sobre la mesa o la encimera de la cocina, comentó.

Piensa en lo que introduce el perro a la casa

Si te preocupa lo que arrastran los residentes humanos, ¿entonces qué piensas de los perros?

œNo les lavamos las patas a los perros cada vez que entran a la casa, y no quiero pensar en dónde ha estado caminando el mí­o, dijo Carroll, que tiene un cavalier king Charles spaniel llamado Loki.

Andrea Kaufmann de Cape May Court House, Nueva Jersey, dijo que se quitaba los zapatos y se poní­a pantuflas para no ensuciar el piso, pero agregó que tiene dos labradores retriever.

œPodrí­a barrer y aspirar tres veces al dí­a y aun así­ habrí­a mugre en los pisos a causa de los perros, dijo. œEllos no pueden quitarse los zapatos.

La mugre puede ser saludable. De verdad.

Considerando los beneficios del saneamiento de la actualidad, las vacunas y la atención médica, las probabilidades de enfermarnos debido a nuestros zapatos son œtan insignificantes que casi resultan infundadas, dijo Jack A. Gilbert, profesor del Departamento de Pediatrí­a y del Instituto de Oceanografí­a Scripps en el campus San Diego de la Universidad de California.

Gilbert, autor del libro Dirt is Good, habló sobre teorí­as que sugieren que traer al interior elementos de afuera podrí­a ayudar a estimular nuestro sistema inmunitario, sobre todo el de los niños.

Durante el primer año de vida, la interacción fí­sica con un perro puede reducir un 13 por ciento las probabilidades de que un niño padezca asma, mientras que las interacciones en un establo pueden reducirlas un 50 por ciento, explicó.

Emily Ledgerwood, profesora adjunta de Ciencias Biológicas y Medioambientales de Le Moyne College en Siracusa (Nueva York), dijo que su hija de 3 años hace poco le habí­a ayudado a romper huevos para hacer el desayuno. Cuando terminaron, Ledgerwood se aseguró de que ambas se lavaran las manos para evitar una posible contaminación cruzada de salmonela.

Más tarde, su hija le ayudó a deshierbar el jardí­n y a recoger vegetales. Aunque habí­a estado trabajando en la tierra, Ledgerwood dejó que almorzara sin lavarse las manos primero.

œCuando nos enteramos de todos los microbios que hay en el medioambiente, nos volvemos un poco escrupulosos, pero no nos enfermamos todo el tiempo, comentó.

¿Cuándo debes quitarte los zapatos?

Es mejor quitarte los zapatos si tienes niños pequeños que gatean o si hay gente en casa que sufre de alergias, pues el polen puede transferirse al piso, sobre todo a las alfombras.

œEn los casos en que el sistema inmunitario está comprometido ”como con la gente que tiene cáncer, que se ha sometido a un trasplante de órganos o tiene una infección” hay muchos más motivos para quitarte los zapatos cuando llegues a casa, dijo Cuchara.

Si la persona que visitas prefiere que te quites los zapatos, cumple sus deseos para mostrar tus buenos modales, dijo April Masini, que escribe sobre relaciones y etiqueta para su sitio web Ask April.

œAunque no veas zapatos en la entrada, siempre puedes preguntarle a tu anfitrión si le gustarí­a que te quites los zapatos al entrar, dijo.

También es una práctica comíºn en los paí­ses asiáticos y del Medio Oriente, dijo Benjamin Hiramatsu Ireland, profesor adjunto de Estudios de Lenguas Modernas en la Universidad Cristiana de Texas en Fort Worth.

œLa costumbre de quitarse los zapatos al entrar a la casa nace del cumplimiento respetuoso de las prácticas religiosas que se han integrado al tejido cultural y a los deberes esperados de cada uno de esos paí­ses y, desde luego, se debe a razones relacionadas con la higiene, comentó.

Christopher Mele, originario del Bronx en Nueva York, es un editor sénior. Se unió a The New York Times en 2014 en la sección Metro. Antes trabajó durante casi treinta años como reportero y editor en periódicos en Adirondacks y Hudson Valley en Nueva York y las montañas Pocono en Pensilvania.

Fuente:
exceslior.com.mx

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