Coronavirus: el colapso en la economí­a china por el coronavirus (y por qué es una “gran amenaza” para el mundo)

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El impacto que tendrá la crisis del coronavirus en la economí­a china aíºn está por verse, pero las cifras que van publicándose dibujan un panorama sombrí­o.

La Oficina Nacional de Estadí­sticas de China divulgó caí­das récord de la producción industrial, la venta al por menor o la inversión en activos fijos, lo que, sumado a otros í­ndices, anticipan un colapso en míºltiples ámbitos.

Segíºn los expertos, los datos revelan la escala del daño causado por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y aumentarán los temores de una recesión global.

Las cifras se dieron a conocer el mismo dí­a en que el níºmero de muertes relacionadas con covid-19 -la enfermedad que causa el virus- fuera de China sobrepasaron a las registradas en el paí­s asiático.

También coincidió con el drástico recorte de las tasas de interés aprobado por la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, mientras las bolsas continíºan en caí­da libre alrededor del mundo.

El epicentro del brote del coronavirus se ha movido hacia Europa, con Italia y España como los dos paí­ses más afectados, con unos 36.000 casos en total y casi 3.000 muertes, segíºn datos hasta este 16 de marzo.

Caí­das récord
En los primeros dos meses de 2020, tres indicadores económicos registraron descensos a doble dí­gito, con récords históricos, segíºn informó la Oficina Nacional de Estadí­sticas el lunes.

La producción industrial (que mide la actividad manufacturera, minera y de servicios píºblicos) cayó un 13,5% interanual, la primera contracción desde enero de 1990.

Las ventas al por menor, un indicador clave del estado del consumo en la segunda economí­a mundial, descendieron un 20,5% interanual, el mayor derrumbe desde que se tienen registros.

Mientras que la inversión en activos fijos -que refleja gastos en artí­culos que incluyen infraestructuras, propiedades, maquinaria y equipos- se redujo un 24,5% interanual, otro récord a la baja.

Estos datos, además, se suman a las malas cifras de la industria manufacturera en febrero, que se situó a su nivel más bajo desde 2005, segíºn se difundió a principios de mes.

La caí­da es en su mayorí­a resultado de las medidas tomadas por China para contener la propagación del virus en el territorio, entre ellas, el cierre de fábricas o tiendas en todo el paí­s durante semanas después de las vacaciones por el Año Nuevo lunar, que ya de por sí­ supone un fuerte parón.

Pese a que la segunda economí­a mundial vuelve poco a poco a la marcha, la situación aíºn no ha vuelto a la normalidad.

Segíºn el índice Empresarial Nacional de la firma de investigación Trivium, hasta el 16 de marzo la economí­a china estaba operando al 69,5% de la producción normal.

“Las restricciones a la actividad industrial se han solucionado en su mayorí­a. La gran preocupación ahora para las empresas es la débil demanda”, apuntaron desde la firma.

Y es que desde el principio de esta crisis una cosa ha estado clara para los economistas: que el covid-19 afecta ambos lados de la economí­a, tanto la cadena de suministro como la demanda.

El suministro de bienes y servicios se ve afectado porque las fábricas y las oficinas cierran y como resultado la producción cae. Y al mismo tiempo la demanda también lo hace porque los consumidores se quedan en sus casas y dejan de gastar.

“Controlado”
Pese a los malos datos, las autoridades chinas insistieron en que las consecuencias de la epidemia son “a corto plazo y controlables”, anunciando que tomarán medidas de estí­mulo para amortiguar el golpe, segíºn el comunicado de la Oficina Nacional de Estadí­sticas.

Los medios oficiales citaron a expertos que se muestran optimistas con la recuperación económica en los próximos meses, entre ellos, Liang Huang, economista jefe de la Corporación de Capital Internacional de China.

Liang señaló al medio oficial Global Times, de lí­nea nacionalista, que “si la situación continíºa sin complicaciones, China es capaz de conseguir un crecimiento anual del PIB del 6%”.

China creció a su ritmo más bajo en tres décadas en 2019 (6,1%) y el gobierno ha insistido en que, pese a la epidemia, sus objetivos de desarrollo económico y social podrán cumplirse este año.

El Ejecutivo suele difundir esas metas -como el PIB o la inflación- en marzo, durante la celebración de la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (Legislativo), pero esa crucial cita se ha pospuesto por el brote hasta una fecha aíºn por determinar.

Los pronósticos, no obstante, son radicalmente opuestos a ojos de economistas independientes.

Segíºn el analista Julian Evans Pritchard, de la consultora británica Capital Economics, la contracción en la producción industrial y de servicios sugerí­a “que el crecimiento medio del PIB fue del -13% en los dos primeros meses del año”

“Serí­a algo sin precedentes en la historia económica moderna de China: la íºltima contracción del PIB en términos interanuales fue en 1976”.

Pese a los esfuerzos del gobierno por redirigir el paí­s hacia un modelo más basado en la demanda interna, la segunda economí­a mundial sigue teniendo una fuerte dependencia de la demanda exterior, por lo que la situación en otros paí­ses le afecta enormemente.

“Mientras que las condiciones a nivel nacional deberí­an mejorar poco a poco en los próximos meses”, advirtió Evans-Pritchard, “la creciente interrupción mundial derivada del coronavirus retrasará el ritmo de recuperación”.

Las estimaciones de diferentes organismos se han ido ajustando a medida que el virus avanzaba y los íºltimos pronósticos de bancos como ING sitíºan el crecimiento chino del PIB para 2020 en el 4,8%, lo que supondrí­a el mayor desplome en tres décadas.

Y, en un mundo hiperconectado, en el que China tiene hoy un gran peso -representa un tercio de la fabricación a nivel mundial y es el mayor exportador de bienes del mundo-, lo que ocurra en el paí­s asiático tendrá un impacto global.

Impacto global
El virus, segíºn la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), representa la “mayor amenaza a la economí­a global desde la crisis financiera de 2008” y estima que podrí­a crecer a su ritmo más bajo desde 2009 debido al brote.

A principios de este mes, la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) predijo que el coronavirus podrí­a costarle a la economí­a global hasta US$2 billones este año.

La globalización provoca que las estimaciones económicas sobre el impacto de la pandemia varí­en a medida que un mayor níºmero de paí­ses adoptan nuevas y diferentes medidas para contener el virus, lo que afecta enormemente a la economí­a mundial.

Los cierres en España e Italia son un ejemplo de las drásticas acciones que han tomado algunos gobiernos para tratar de frenar los contagios.

Por el lado de la oferta, la bajada de la actividad en la considerada “fábrica del mundo” ya ha provocado consecuencias: las restricciones han afectado a las cadenas de valor de grandes compañí­as como el fabricante de vehí­culos Nissan o Jaguar Land Rover, por ejemplo.

Este íºltimo señaló que habí­a tenido que trasladar partes de autos en maletas debido a que algunas fábricas se habí­an quedado sin suministros. Por el lado de la demanda, sectores como el turismo se están viendo tremendamente afectados tras las restricciones al transporte de personas y la cancelación de grandes eventos.

La firma de consultorí­a McKinsey calcula, con datos a 16 de marzo, que el PIB global podrí­a “deslizarse o reducirse considerablemente” en 2020 en función de las decisiones que se tomen.

McKinsey diferencia entre dos escenarios: uno en el que se produce una rápida recuperación, en el que se comprueba que el virus es estacional y para otoño los gobiernos tienen las herramientas para frenarlo; o una ralentización mundial, en el que virus no es estacional y los paí­ses deben mantener medidas de prevención de contagios incluso si controlaron la epidemia, como en el caso de China.

En el caso de Latinoamérica, por ejemplo, la firma calcula que en el primer escenario las estimaciones de crecimiento caerí­an tan solo un 0,5%, mientras que si se diera la segunda situación, los pronósticos de crecimiento se reducirí­an en un 38%.

Fuente:
BBC.co.uk

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