En Misa Crismal se pidió por el cese de COVID-19

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Tampico, Tamaulipas.-En un hecho inédito este dí­a se llevó a cabo a puerta cerrada la Misa Crismal y la renovación de las promesas sacerdotales, presidida por el Obispo de la Diócesis de Tampico, José Armando ílvarez Cano, con la asistencia de 40 sacerdotes, que respetaron la sana distancia como medida de prevención contra el COVID-19, en donde se oró por el cese de esta enfermedad que mantiene al pueblo aislado.

œLa Misa del Santo Crisma y la renovación de las promesas sacerdotales nos invita a recrear aquel ambiente de intimidad y de amistad de Jesíºs con sus discí­pulos, un ambiente cargado ya de despedida por parte del maestro sabiendo que del padre habí­a salido y al padre volví­a, un ambiente de solemnidad por los momentos decisivos que se avecinan por entregar su vida por la salvación de todos, y de profundo dolor interior, todo este contexto da a Jesíºs la oportunidad de sacar de su corazón el más profundo sentimientos y de entregar a los suyos sus más sagrados mandatos.

Afirmó que este dí­a representaron ese momento profundo y crucial, œno pensemos en una obra teatral que recree de alguna forma aquellos personajes y acontecimientos sino en el sentido más auténtico de la palabra, representar, es decir, volver a hacer presente aquel hecho de salvación y de amistad que Jesíºs realizó con sus discí­pulos, reunidos aquí­ como un memorial en una situación tan especial y dramática para la humanidad, desde donde queremos vivir con intensidad ese momento de encuentro con Jesíºs y unido a todo el pueblo creyente y aislado en sus hogares, pero unidos en la fe y en la esperanza. Esta celebración es muy especial para toda la comunidad cristiana porque forma parte de los misterios centrales de nuestra fe que celebramos en esta semana mayor.

Hizo hincapié en qué de manera especial para los pastores de la iglesia y sacerdotes, la Misa Crismal es importante para ellos porque les recuerda el origen de su ministerio y nace su sacerdocio en el contexto de la íºltima cena, ahí­ nace las exigencias fundamentales como ministros del evangelio.

œEs en este evangelio de la noche de pascua donde recibimos el tesoro que Dios ha depositado en nuestras manos y la identidad propia de nuestra misión, un primer aspecto de esta hermosa celebración es vivir hoy en carne propia y de manera particular la cercaní­a y el cariño tan especial de Jesíºs con sus discí­pulos, con aquellos que no llama ya siervos sino amigos en un ambiente de intimidad y amistad está unido con ellos¦estos momentos que se prolongan en la vida de cada dí­a para el sacerdote en sus momentos de situación personal, especialmente en estos momentos de soledad y aislamiento donde unidos a todo el pueblo de Dios experimentamos la fuerza de su presencia que nos congrega desde el cenáculo.

Destacó que la vocación sacerdotal no se mide de manera aislada sino unida a un grupo de seguidores y como lo ha señalado el Papa Francisco al frente para señalar el rumbo, en medio de la comunidad para sentirse parte del rebaño y atrás para animar a los que se queden.

œRecordamos este dí­a el encargo más sagrado y maravilloso de nuestra misión sacerdotal la eucaristí­a, fuente incume de la vida cristiana, sin la cual nuestro servicio sacerdotal al pueblo de Dios y nuestra vocación no tendrí­a sentido¦están estrechamente unidos¦cuanto nos ha costado en estos dí­as no poder alimentar al pueblo de Dios en esta contingencia de manera adecuada y oportuna con este deber sagrado.

Dio gracias a Dios porque ha visto a sacerdotes y ministros en su sufrimiento por hacer un esfuerzo sagrado para hacer llegar el alimento sagrado a la comunidad de creyentes.

œAdemás en este dí­a con toda la comunidad cristiana recibimos también el mandamiento del señor que guí­a la vida del creyente, el mandamiento del amor¦ámense los unos a los otros¦un camino que en estos momentos cruciales que estamos viviendo nos da la oportunidad de vivir más plena y creativa este mandamiento sacando lo mejor de nosotros como personas, como cristianos y como pastores, permaneciendo firmes en la fe y la esperanza en medio de esta tempestad¦finalmente en esta solemnidad todos los sacerdotes renovamos nuestras promesas sacerdotales, ya sea desde nuestras parroquias por la imposibilidad de estar aquí­ presentes pero representados hoy por estos hermanos nuestros. Deseamos nuevamente recordar aquel dí­a de nuestra consagración al señor.

Elevó a Dios la oración desde ese recinto sagrado para pedir por el cese de esta pandemia, por los que han muerto a causa de esta enfermedad, por todos los que sirven y acompañan a todos los infectados, por las autoridades, para que el espí­ritu santo los ilumine en estos momentos de prueba y por todo el pueblo santo atemorizado por este dolor. œPara que a todos los haga experimental su fuerza y su gracia‹ ‹ ‹ ‹ ‹ ‹

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