Coronavirus | “Durante algunos años la vida no va a ser la misma y simplemente hay que adaptarse”: Ravi Gupta, profesor de microbiologí­a de la Universidad de Cambridge

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En junio, ya lo habí­a anticipado: “Este virus probablemente va a estar circulando por años”.

“Tomará mucho tiempo resolverlo”, escribió el virólogo Ravi Gupta en un artí­culo, publicado en la página web de la Universidad de Cambridge, sobre la enfermedad covid-19, que es causada por el nuevo coronavirus.

Cuando BBC Mundo le preguntó por qué hablaba de años, el profesor de Microbiologí­a Clí­nica del Departamento de Medicina de Cambridge explicó que se ha visto “un resurgimiento de las infecciones cuando las medidas se han relajado”.

“Y eso seguirá sucediendo hasta que tengamos una vacuna efectiva (y universal), cuyo efecto dure mucho tiempo”.

Quizás pasará un año más antes de que se pueda contar con una vacuna “y eso, siendo optimistas”.

Por eso, “al menos en lo que respecta al próximo año, la situación será de infecciones viniendo y yendo”, señaló.

œClaro -dijo- depende de las medidas que se tomen, pero los confinamientos totales a nivel nacional (ya) no son realistas.

El experto cree que se darán miniconfinamientos en diferentes partes, pero en algunos lugares quizás eso no se podrá hacer, por lo que la infección se seguirá transmitiendo.

“El virus estará circulando por un tiempo considerable”, insistió. “Incluso en un nivel bajo, este tipo de virus seguirá existiendo”.

“La nueva normalidad”
Las autoridades sanitarias de varios paí­ses creen que ya enfrentaron la primera ola de contagios de covid-19 y se preparan para una posible segunda ola. En otras naciones se cree que están ante la primera ola.

“¿Habrá más olas?”, le indagamos al profesor del Instituto de Inmunologí­a Terapéutica y Enfermedades Infecciosas de Cambridge.

“No estoy seguro de si tendremos olas, pero sí­ que pasaremos por altibajos. Esa será la nueva normalidad”, respondió.

“Tenemos que vivir con el virus a nuestro alrededor”.

De acuerdo con el experto, se trata de aprender a vivir tomando medidas de precaución y siendo conscientes de la forma como interactuamos.

“No es una manera ideal de vivir, pero quizás no va a durar mucho tiempo, quizás uno, dos, tres años”.

“Pero eso va a ayudar, a largo plazo, a que la sociedad se recupere”.

Una forma de tratar de asumir el control -indicó el doctor- es “decirle a la gente que se dé cuenta de que durante algunos años la vida no va a ser la misma y que simplemente hay que adaptarse”.

Otro virus respiratorio
Este coronavirus, explicó el doctor, apunta a que será como otros virus respiratorios: que “van y vienen”.

Muchos de ellos “no han sido eliminados”. De hecho, algunos alcanzan puntos álgidos y se presentan por temporadas.

“No hay razón por la cual este coronavirus vaya a ser diferente en ese aspecto”

“No hemos acabado con otros coronavirus, como por ejemplo los que causan el resfriado comíºn. “Eso me hace pensar que no se trata de algo que vaya a desaparecer (rápido)”.

Como plantea el periodista de salud y ciencia de la BBC James Gallagher, hay cuatro coronavirus que circulan entre los seres humanos “y no tenemos vacunas para ninguno de ellos”.

Actualmente, hay alrededor de 200 grupos de investigación en todo el mundo que están tratando de desarrollar una vacuna contra el nuevo coronavirus.

“Una vacuna normalmente tomarí­a años, si no décadas, en ser desarrollada. Los investigadores esperan lograr la misma cantidad de trabajo en solo unos pocos meses”, dice Gallagher.

¿Riesgo cero?
Gupta cree que hablar de œriesgo cero es no ser realistas.

“Tenemos que encontrar una ví­a para reiniciar las economí­as al tiempo que minimizamos el riesgo (de contagios)”.

“Esa es la íºnica manera en que esto va a funcionar, porque claramente no podemos cerrar el mundo entero por más tiempo de lo que ya lo hemos hecho”.

“Puedes ver en Sudamérica y en ífrica que los confinamientos que vimos antes probablemente no volverán a ocurrir a un nivel nacional”.

Para el cientí­fico, la manera de “manejar los riesgos” es “aprender” a reducirlos con, por ejemplo, el uso de mascarillas, las medidas de distanciamiento social y la higiene.

“El virus probablemente va a estar circulando por algunos años, pero puede mutar. Entonces, si tenemos una vacuna, debemos asegurarnos de que siga funcionando”, escribió.

Contar con tratamientos efectivos también es fundamental para poner a prueba las inmunizaciones.

En el caso de muchas enfermedades, “le podemos dar una vacuna a alguien y después infectarlo con la enfermedad para ver si la vacuna funciona. Pero mientras no tengamos tratamientos buenos para covid-19, no podemos hacer eso”.

El coronavirus y el VIH
Muchos de los cientí­ficos que a nivel mundial están dedicando sus esfuerzos a estudiar y entender el coronavirus vienen de una escuela muy poderosa: la del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que causa el sida.

Gupta es uno de ellos y, como él mismo señaló, se trata de un virus que todaví­a “genera mucho miedo”.

Cree que su trabajo de años en ese campo le ha ayudado a prepararse para la pandemia de covid-19.

“Ambas, el sida y la covid-19, son enfermedades multisistémicas y el VIH sigue siendo enigmático después de 30 años”, escribió en su artí­culo.

“A medida que descubrimos los efectos de la covid-19 en el cuerpo humano, como los pacientes que desarrollan problemas cardiacos y daño pulmonar, pareciera que (la enfermedad) tendrá implicaciones de largo alcance que tomará mucho tiempo resolver”.

Las lecciones del VIH
De acuerdo con el especialista, el estudio del VIH ha dejado importantes lecciones, algunas de las cuales tienen que ver con el funcionamiento de fármacos, con los anticuerpos y con la forma en que el virus se comporta dentro del organismo para adherirse.

“Usamos enfoques muy similares para tratar la covid-19”, le dijo a BBC Mundo.

Pero las enseñanzas van más allá del laboratorio.

“Otra semejanza entre ambas enfermedades es el hecho de que las dos se dirigen hacia los eslabones más débiles de la sociedad: a las poblaciones marginadas”, reflexionó durante la entrevista.

En ellas, encuentran el “combustible para alimentar su fuego y expandirse en níºmeros”.

“Piense en zonas muy marginadas, donde la gente vive hacinada y en condiciones de pobreza que las hacen potencialmente más susceptibles (a contraer el virus)”.

Se trata de una realidad con la que Gupta se ha enfrentado en sus investigaciones con el VIH, que abarcan la íºltima década, y es una lección clave:

“Para controlar una enfermedad realmente tienes que entender quién se está infectando y por qué”.

“Aunque contamos con herramientas para el VIH, desgraciadamente se sigue transmitiendo y siguen muriendo personas, en muchos casos debido a circunstancias económicas y sociales”.

Meses concentrados en la covid-19
En más de seis meses tratando de entender a este nuevo enemigo, el virólogo indica que ha aprendido mucho desde diferentes perspectivas.

Una lección que parece evidente, pero que hay que recordar permanentemente, es que “si invertimos en investigación básica, ciencia básica, podemos tener herramientas a la disposición y hacer grandes progresos cuando una nueva enfermedad aparece”.

Varios fármacos han nacido gracias a la investigación sobre el VIH, explicó.

“Tení­amos remdesivir porque fue desarrollada para el ébola”.

Remdesivir es uno de los medicamentos más prometedores en el tratamiento de la covid-19.

Otro aspecto interesante para el doctor ha sido ver cómo cientí­ficos y expertos de todo el mundo han estado trabajando en equipo para hacerle frente a la crisis del coronavirus.

“Ha sido maravilloso. Lo hemos visto aquí­, en Cambridge, y globalmente: los cientí­ficos están haciendo lo mejor que pueden”.

Y no se trata solo de especialistas dentro de los laboratorios, sino de los doctores y todo el personal médico que atienden a los pacientes y que están “ayudando a responder las preguntas que necesitamos esclarecer”.

La prioridad no ha cambiado
Uno de los estudios relacionados con el coronavirus que Gupta y su grupo de investigadores realizaron fue ensayar una plataforma de pruebas rápidas llamada SAMBA II, la cual fue desarrollada por una compañí­a fundada desde la Universidad de Cambridge y que ya ha sido adoptada por varios hospitales de Reino Unido.

Tras tomar una muestra de la nariz o la garganta, el resultado está listo en 90 minutos.

La idea es hacer esas máquinas accesibles no solo para los centros de salud sino, por ejemplo, para residencias de adultos mayores.

Así­ se evitan, por una parte, los retrasos propios de tener que transportar las pruebas y los resultados de un lugar a otro y, por la otra, tener que depender siempre de un laboratorio.

Y es que poder determinar con rapidez quién tiene el virus hace una “diferencia enorme”.

“(Hacer pruebas) es la prioridad porque necesitamos limitar la transmisión (de la infección). Sabemos que muchos de los contagios suceden probablemente a través de personas asintomáticas. Y eso hace las cosas más difí­ciles porque necesitas someter a pruebas a muchas más personas y eso implica más tests. Pero ahora mismo, no hay otra opción”.

Saber quién está infectado no solo permite concentrarse en esa persona, sino hacerle un seguimiento a su entorno y, de esa manera, bloquear una potencial propagación.

“Por el momento” -indicó el profesor- hacer pruebas “es la íºnica forma de intervención que tenemos”.

“No tenemos fármacos mágicos”
El objetivo es poder desarrollar lo antes posible fármacos eficaces y una vacuna, pero mientras eso se concreta, se debe evitar al máximo llegar a la etapa que amerita un tratamiento.

“Una vez las personas se enferman gravemente, no tenemos fármacos mágicos. Aunque algunos han mostrado ser prometedores, es una enfermedad que no quieres contraer”.

“Considero que no ha habido suficiente discusión en términos realistas sobre cómo podemos hacerle pruebas a la población de paí­ses de ingresos bajos y medianos”.

En su opinión, en ese aspecto no ha habido liderazgo por parte de las grandes organizaciones internacionales.

“En muchos de esos paí­ses, toma una semana obtener el resultado de esas pruebas (¦) Eso es mucho tiempo”.

De acuerdo con el experto, es fundamental discutir las opciones que existen de pruebas rápidas o encontrar la manera de usar las tecnologí­as existentes para ayudar con el diagnostico.

Y “pese a que ha habido muchas muertes”, trata de sentir un poco de optimismo por todos los esfuerzos cientí­ficos que se están dando para luchar contra el coronavirus.

Pero “necesitamos prevenir más muertes”, nos dijo.

En el futuro, quiere seguir dedicado a la covid-19 y al VIH, no solo porque hay mucho que investigar y que aprender de ellos frente a otros virus sino porque, como escribió:

“La próxima pandemia podrí­a ser un virus relacionado, por eso necesitamos seguir esforzándonos y perseverando”

Fuente:
BBC.com

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