Descubren para qué se nos pone la piel de gallina

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Si bien las razones por las que a veces se nos pone la piel de gallina no son ningíºn secreto y suelen atribuirse al frí­o y a la segregación de la adrenalina por alguna emoción intensa, las funciones de esta reacción de nuestra piel no quedaban tan claras. Incluso Charles Darwin reflexionó sobre ella en sus escritos sobre la evolución.

En el caso de los animales con un pelaje grueso, la piel de gallina podrí­a protegerles del frí­o, pero en el caso de los humanos los beneficios no eran nada aparentes. Ahora los cientí­ficos han descubierto para qué se nos eriza la piel, y resulta que no es un mero vestigio evolutivo.

En su reciente estudio, publicado en la revista Cell, determinaron que la piel de gallina es importante para la regulación de las células madre que regeneran los folí­culos pilosos y el cabello, y el míºsculo que se contrae provocando que se nos erice la piel establece un puente entre el nervio simpático y las células madre de los folí­culos pilosos.

El nervio simpático reacciona a los estí­mulos externos como el frí­o, contrayendo el míºsculo debajo de la piel y causando esa peculiar reacción a corto plazo, y de este modo impulsa la activación de las células madre de los folí­culos pilosos y el crecimiento de nuevo cabello a largo plazo.

Los cientí­ficos observaron este comportamiento en los ratones, y sus conclusiones ofrecen un mejor entendimiento de cómo diferentes tipos de células interactíºan para vincular la actividad de las células madre con los cambios externos.

“Descubrimos que la señal viene del propio folí­culo piloso en desarrollo. Secreta una proteí­na que regula la formación del míºsculo liso, que luego atrae al nervio simpático”, explicó la coautora del estudio, Yulia Shwartz, de la Universidad de Harvard. Después, el nervio y el míºsculo interactíºan para regular juntos las células madre de los folí­culos pilosos y regenerar nuevos folí­culos, agregó. “Se cierra el cí­rculo completo, el folí­culo piloso en desarrollo está estableciendo su propio nicho”, concluyó Shwartz.

La investigadora sostuvo que esta reacción en particular “es íºtil para relacionar la regeneración de tejidos con los cambios en el mundo exterior, como la temperatura”. “Es una respuesta de dos capas: la piel de gallina es una forma rápida de proporcionar una suerte de alivio a corto plazo. Pero cuando el frí­o dura, esto se convierte en un buen mecanismo para que las células madre sepan que tal vez es el momento de regenerar una nueva capa de pelo”, señaló.

Fuente:
RT.com

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