Reuniones virtuales hacen que trabajadores se sientan incluidos, ¿deberí­an continuar al volver a la oficina?

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    Antes del encierro, las personas que trabajaban voluntariamente de forma remota a menudo eran marginadas en comparación con sus colegas que trabajaban en la oficina. Los estudios muestran que los trabajadores remotos a menudo podí­an sentirse profesional y socialmente aislados.

    La distancia fí­sica entre los trabajadores remotos y sus colegas en el lugar significaba que perdí­an oportunidades de aprendizaje. Los que trabajaban de manera remota también se perderí­an con frecuencia conversaciones y colaboraciones en el lugar de trabajo, reuniones formales e informales del equipo y eventos sociales en persona, como salir por bebidas después del trabajo. Los trabajadores a distancia a menudo se sentí­an excluidos del equipo.

    Pero cuando la pandemia de COVID-19 golpeó, muchas personas que normalmente trabajaban en la oficina también se vieron obligadas a trabajar desde casa. Las empresas tuvieron que usar la tecnologí­a de formas nuevas e imaginativas para permitir que los equipos colaboraran y realizaran tareas relacionadas con el trabajo. Nuestra investigación sugiere que esta obligación de trabajar desde casa puso a los trabajadores remotos en igualdad con sus colegas de oficina. Podemos aprender de esto para asegurarnos de que los trabajadores remotos no se sientan excluidos en el futuro.

    Cómo respondieron los equipos
    En nuestro estudio, entrevistamos a 29 trabajadores del conocimiento, es decir, personas que trabajan con información en un entorno de cuello blanco, sobre sus experiencias de colaboración en equipo durante la pandemia. Nuestros participantes procedí­an de paí­ses de todo el mundo, incluidos Nueva Zelanda y Australia, Reino Unido, Suecia, Dinamarca, Alemania y Suiza.

    Descubrimos que durante el trabajo obligatorio desde casa, las plataformas de colaboración digital como Zoom, Skype o Microsoft Teams funcionaban como espadas de doble filo. Simultáneamente serví­an como un “ecualizador” al permitir una mayor colaboración con trabajadores a distancia previamente marginados, pero también creaban desafí­os.

    Con todos los trabajadores del conocimiento operando de forma remota, las plataformas digitales se convirtieron en el íºnico canal para comunicarse y colaborar. Para mitigar la falta de conversaciones y reuniones en persona, algunos equipos comenzaron a realizar controles frecuentes en lí­nea y reuniones formales periódicas, recuperaciones virtuales de café, bebidas después del trabajo y eventos de networking digital con otros colegas y asociados.

    Muchos trabajadores remotos que anteriormente se habí­an perdido las bebidas, las puestas del dí­a y las reuniones después del trabajo podí­an unirse virtualmente a sus colegas. Se sentí­an mucho más incluidos y parte del equipo. Como dijo uno de nuestros participantes:

    “Esto definitivamente ha eliminado algunas de las barreras entre nuestras oficinas en Nueva Zelanda, AUS y el Reino Unido. Tenemos una reunión social semanal los viernes por la tarde, y esto a veces dura horas. Creo que la gran diferencia con antes es que la gente ya está en casa y no tiene que preocuparse por llegar tarde a casa desde la oficina un viernes”, cuenta.

    Estar en lí­nea también permitió que los empleados que trabajaban en diferentes sucursales o paí­ses socializaran, lo que podrí­a generar nuevas oportunidades de colaboración. Esto condujo a un nuevo sentido de igualdad e inclusión entre los trabajadores remotos habituales y sus contrapartes que suelen estar en la oficina. Uno de nuestros participantes declaró:

    “Hablamos con más frecuencia que nunca. Lo que encuentro mejor solo porque puedo comunicarme con más regularidad, por lo que me siento más conectado que nunca antes cuando solí­a subir una vez al mes o una vez cada dos meses”.

    Sin embargo, nuestro estudio también reveló varios desafí­os. Algunos participantes informaron que las visitas virtuales y las reuniones eran demasiado frecuentes e innecesarias. Pueden ser especialmente difí­ciles para quienes deben ocuparse de otras tareas domésticas. También pueden dar lugar a reuniones virtuales fatiga y potencialmente promover horas de trabajo más largas, alterando el equilibrio entre la vida laboral y personal.

    También descubrimos que los empleados tení­an problemas con las conversaciones grupales debido a las limitaciones de las plataformas digitales. En una reunión en lí­nea, es imposible que varias personas hablen al mismo tiempo. Los eventos de redes virtuales también pueden ser bastante desafiantes, ya que las personas no pueden mezclarse: todos deben escuchar a una persona, lo que hace que el evento sea bastante rí­gido.

    Tres lecciones para el futuro
    Con la relajación del confinamiento, los empleados regresan gradualmente a la oficina. Mientras lo hacen, debemos aplicar la evidencia que hemos encontrado para crear un ambiente de trabajo más constructivo y productivo para todos.

    Es importante que no volvamos al punto de partida. Por lo tanto, aquí­ hay tres cambios que creemos que deberí­an realizarse.

    Las plataformas digitales pueden y deben usarse para permitir que los trabajadores a distancia se unan a reuniones formales e informales que tienen lugar en las oficinas. Los facilitadores de reuniones también deben asegurarse de que los trabajadores remotos puedan contribuir a la discusión que se está teniendo.
    Los hábitos de colaboración establecidos, como los controles diarios, pueden permanecer, incluso cuando se vuelve a la oficina. Crean transparencia, ayudan a distribuir las tareas y permiten que los trabajadores remotos formen parte de las conversaciones diarias.
    A raí­z de la pandemia, es probable que veamos la introducción de arreglos laborales más flexibles, lo que conducirá a un aumento de trabajadores remotos. En respuesta a esto, las organizaciones deben crear una cultura de inclusión, lo que significa que los empleadores y los miembros del equipo deben conscientes de los desafí­os que enfrentan los trabajadores remotos (como amenazas al equilibrio entre la vida personal y laboral, sentimientos de exclusión y oportunidades perdidas). Las empresas deben tomar acciones efectivas para abordar estos problemas ofreciendo igualdad de oportunidades a los trabajadores remotos a través de plataformas virtuales en la medida de lo posible.
    Aplicar estas lecciones abrirí­a la oportunidad para que el personal aproveche al máximo ambos mundos: usar la oficina en casa para un trabajo enfocado e ininterrumpido (si las circunstancias privadas lo permiten) y acceder a la oficina corporativa para colaborar, innovar y socializar.

    Puedes leer el artí­culo original en el siguiente enlace:

    https://theconversation.com/zoom-meetings-help-marginalised-staff-feel-included-we-should-keep-having-them-even-after-offices-reopen-144097

    Escrito por Brad McKena, profesor asociado en sistemas de información de la Universidad de East Anglia; Lena Waizenegger, profesora de sistemas de información de la Universidad Tecnológica de Auckland; y Wenjie Cai, profesor titular de turismo y hostelerí­a de la Universidad de Greenwich.

    *The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

    FUENTE
    https://elfinanciero.com.mx

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