COVID-19 impacta de manera directa en las enfermedades cardiovasculares

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El doctor Luis Alcocer Díaz Barreiro, director general del Instituto Mexicano de Salud Cardiovascular, resaltó que las enfermedades no transmisibles (ENT) como las cardiovasculares, han sido catalogadas desde hace una década como una de las mayores amenazas para la salud pública y hoy en día debido a la pandemia causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, es aún más urgente diagnosticarlas a tiempo para evitar su progresión y atenderlas de forma adecuada en quienes ya las padecen.

En este mismo sentido, refirió que la infección por cualquier virus, incluyendo el SARS CoV-2, que provoca el COVID-19, impacta de manera directa en las enfermedades cardiovasculares, por lo que las personas que viven con padecimientos como diabetes mellitus tipo 2 (DM2), hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca o dislipidemias son más vulnerables y tienen mayor riesgo de complicaciones asociadas.

Asimismo, indicó que se tiene conocimiento de que el COVID-19 puede producir un daño directo infeccioso e inflamatorio sobre el músculo cardíaco. Por eso, “si un paciente presenta una enfermedad cardiovascular previa, el corazón empeorará su funcionamiento y el pronóstico de recuperación será limitado”.
“La forma más adecuada de determinar el riesgo cardiovascular es a través de la historia clínica y de herramientas de diagnóstico que proporcionen un indicador a mediano y largo plazo. Hoy, cuando la mayoría del país está transitando hacia la ´nueva normalidad´ y la gente a sus centros de trabajo, es un excelente momento para que tomen acción y consulten a su médico si su corazón puede estar está o no en riesgo”.
Ante la emergencia sanitaria que estamos viviendo a nivel nacional, el especialista destacó la importancia de que la gente conozca el riesgo cardiovascular que presenta, lo que no solo le permitirá hacer cambios en su estilo de vida, sino también asesorarse con un profesional de la salud para obtener un tratamiento con base en sus necesidades.

Indicó que en nuestro país se estima que en México cerca del 70.3 por ciento de la población adulta por lo menos con un factor de riesgo cardiovascular, sin embargo, un alto porcentaje no está consciente o desconoce dicha situación, por ejemplo, mencionó, de 25 millones de personas que tienen hipertensión arterial solo la mitad lo sabe, en tanto que de los casi 13 millones de mexicanos que viven con diabetes mellitus tipo 2, más del 30 por ciento se encuentra sin diagnóstico, por lo que es importante generar conciencia sobre la importancia de promover el autocuidado, vigilar el apego al tratamiento y mantener un estilo de vida saludable.
El riesgo cardiovascular se refiere a la probabilidad de que un individuo sufra un evento cardiaco, como infarto al corazón o al cerebro, dentro de un periodo determinado, dependiendo de sus características biológicas (sexo, edad, antecedentes familiares) y factores de riesgo (sedentarismo, consumo de alcohol, tabaco, sobrepeso, aumento en colesterol, hipertensión). La determinación de este parámetro constituye un elemento clave para modificar conductas, pues está demostrado que el 90% de los fallecimientos por enfermedades cardiovasculares podrían evitarse.
En su oportunidad, la doctora María Luisa Almeida, Gerente del portafolio Cardiovascular de Upjohn México, comentó que la empresa junto con otras organizaciones como la Asociación Nacional de Cardiólogos de México y la Sociedad de Cardiología Intervencionista de México, implementaron a principios de este año la campaña de responsabilidad social “Por tu Corazón”, a través de cual, con quioscos digitales con tecnología mexicana, se puede valorar el estado actual del corazón de la fuerza laboral y llevar a cabo decisiones terapéuticas oportunas para prevenir complicaciones.
El doctor Alcocer sostuvo que para tener una prevención completa que garantice una mejor salud ante la actual pandemia es necesario seguir las medidas preventivas ya conocidas por todos, incluida la sana distancia, uso de cubrebocas, lavado de manos constantemente de preferencia con agua y jabón, así como realizar ejercicio físico de forma frecuente, ya que es una de las mejores herramientas para evitar el sedentarismo, principal causante del 30 por ciento de las cardiopatías isquémicas, vigilar y controlar los niveles de colesterol a través de una dieta balanceada que incluya diariamente el consumo de frutas y verduras.

También es importante vigilar el peso y perímetro abdominal, ya que la grasa concentrada en el abdomen favorece el desarrollo de la diabetes mellitus y con ello, complicaciones cardiovasculares.

Para quienes viven con obesidad tienen altas posibilidades de acumular grasa también en órganos vitales. Lo ideal es que el perímetro abdominal no supere los 80 centímetros en la mujer y los 90 en el hombre.

Para mantener en control adecuado el nivel de la presión arterial, es sumamente conveniente evitar en lo posible la sal y los alimentos que la contienen en exceso, restringir el consumo de grasas saturadas y grasas trans, así como practicar ejercicio aeróbico, además de restringir el consumo de tabaco y alcohol.

 

Fuente:

cronica.com.mx

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